La Iglesia católica denunció la creciente indiferencia de la sociedad mexicana ante la violencia y la desaparición de personas, advirtiendo que “la escucha ha desaparecido” y que es necesario recuperarla para enfrentar la crisis de inseguridad en el país.
En la editorial del semanario Desde la fe, titulada “La escucha desaparecida”, la Arquidócesis Primada de México señaló que la violencia y la desaparición forzada se han convertido en una constante que, lejos de generar indignación, ha sido normalizada.
Desapariciones emblemáticas
El texto citó casos emblemáticos de desapariciones, como los 43 estudiantes de Ayotzinapa y las víctimas de San Fernando, recordando que las desapariciones masivas han marcado a México en las últimas décadas.
Según la Iglesia, la saturación de hechos violentos ha generado una sociedad insensible ante el sufrimiento de las víctimas y sus familias. “En medio de este ruido ensordecedor de cifras, dolor y hechos violentos, dejamos de escuchar a quienes sufren”, lamentó.
La editorial destacó que, si bien la escucha ha desaparecido, es urgente recuperarla para dar eco a la lucha de quienes buscan a sus familiares o han sido víctimas de atrocidades. Subrayó que este fenómeno representa una amenaza para la humanidad, ya que la indiferencia permite que el problema persista.
Madres buscadoras
Asimismo, resaltó el papel de las madres buscadoras y sus familias, quienes, a pesar del dolor, han demostrado amor, fortaleza y resiliencia. “Porque, aunque no lo queremos ver así, la realidad es que cada uno de sus desaparecidos son nuestros desaparecidos”, se lee en el semanario.
La Arquidócesis llamó a la sociedad a comprometerse con las familias afectadas por la violencia y a enfrentar las causas del problema de manera colectiva, sin divisiones partidistas ni discursos polarizantes.
“Es necesario examinar qué estamos haciendo en nuestro propio campo de acción, sin politizar ni meter más ruido a algo que de por sí ya es escandaloso”, reflexionó.
Finalmente, la Iglesia católica instó a la sociedad a seguir el ejemplo de las madres y familias buscadoras, impulsando los valores familiares que han sido desatendidos y han contribuido al debilitamiento del tejido social.
“Las familias buscadoras nos dejan claro que las familias son la esperanza del mundo, aun en medio del dolor y la adversidad”, concluyó la publicación.