El objetivo de EAU es invertir más en Brasil, no sólo en materias primas, sino también en proyectos de infraestructura como la modernización de las favelas.En el futuro, Emiratos Árabes Unidos quiere involucrarse más en Brasil en ámbitos como las materias primas y la infraestructura. El monto total de inversión ascendería a unos 16.000 millones de euros, que se invertirán en proyectos como la recuperación de tierras de pastoreo, el desarrollo industrial, la exportación de productos agrícolas, así como obras de infraestructura y defensa. El inversor es el fondo soberano Abu Dhabi Investment Group (ADIG).
La idea de modernizar la región metropolitana de bajos ingresos de la Baixada Fluminense, en las afueras de Río de Janeiro, recibió especial atención de los medios. Alrededor de tres millones de personas viven allí en barrios marginales, a menudo en condiciones precarias y pésimas conexiones de transporte con el centro de la ciudad.
Las negociaciones entre los inversores, el Gobierno federal brasileño y el Gobierno del estado de Río de Janeiro se centraron en crear nuevas opciones de vivienda en las favelas y conectarlas mejor con el centro de la ciudad a través del metro y trenes de alta velocidad, dijo Zayed bin Aweidha, director general de ADIG, al periódico O Estado.
Las razones para invertir son puramente económicas: a largo plazo, las ventas de billetes del metro a millones de pasajeros, o un tren de alta velocidad, también podrían generar ingresos.
Ampliando las relaciones
El economista Felipe Rodrigues, de la escuela de negocios Fundação Getulio Vargas (FGV), dijo en entrevista con DW que "recientemente se han invertido alrededor de 2.500 millones de dólares en la economía brasileña", sobre todo, en áreas de investigación y transición energética.
Las relaciones entre los países árabes y Brasil, país considerado fundamental para la implementación práctica de la transición energética, han evolucionado. Según Rodrigues, Brasil ha logrado conservar a sus socios estratégicos y ganar otros nuevos, además del compromiso del acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur y las relaciones económicas con la India.
Proyectos de infraestructura y energía
A finales del año pasado, Brasil y Emiratos Árabes Unidos firmaron dos declaraciones de intenciones en el marco de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, sobre una base común de inversiones.
Según el Gobierno brasileño, los fondos se utilizarán para proyectos en infraestructura y energía. Mohamad Mourad, secretario general de la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña, dijo en entrevista con DW que los sectores clave de la economía, incluida la infraestructura, las concesiones portuarias y aeroportuarias, la energía renovable, la agroindustria, el sector inmobiliario, la defensa y otras áreas, ofrecen buenas oportunidades de inversión para el fondo de Abu Dhabi.
¿Qué tan realistas son los anuncios?
En particular, el plan de modernizar las favelas genera esperanza, pero los Juegos Olímpicos de 2016 y el Mundial de Fútbol de 2014 también hicieron soñar a la gente con que los barrios marginales se beneficiarían a través de conexiones de infraestructura, y, sin embargo, eso no sucedió.
Además, muchos recuerdan aún el escándalo de corrupción en torno a la constructora Odebrecht, en el que se pagaron millones de dólares en sobornos a cambio de obras de infraestructura, lo que ha dañado la confianza en la política brasileña.
El caso aún no ha sido resuelto por la Justicia brasileña, y el actual gobierno del presidente Lula da Silva muestra poco interés en ello.
Obstáculos burocráticos y políticos
Para que las declaraciones de intenciones entre Emiratos Árabes Unidos y Brasil se hagan realidad, es necesario eliminar las ambigüedades burocráticas y políticas, advierte Rodrigues. Además, Brasil necesita pensar a largo plazo: "Proyectos de esta magnitud necesitan certidumbre para ir más allá de la etapa del anuncio. Estamos hablando de proyectos con una duración de 15 a 20 años, como mínimo, de diez años".
Ambas partes firmaron en enero una declaración sobre cooperación en "proyectos de exploración, extracción, procesamiento, refinación y comercialización de minerales y la transferencia de tecnología árabe”.
"El acuerdo promueve la innovación y la competitividad en el sector de materias primas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, allanando así el camino para un futuro más sostenible e integrado globalmente", dijo el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira.
Al menos sobre papel, hay más indicios de acercamiento. Ahora le toca a los socios cumplir con lo anunciado.
(rmr/cp)