¿Te da hambre de noche, te levantas a vaciar el refrigerador? Si esto te pasa seguido, debes ver a un especialista, porque podrías padecer el llamado síndrome del comedor nocturno (SCN).
Se trata de un trastorno de la conducta alimentaria que afecta la regulación metabólica, la salud endocrina y el bienestar emocional, el cual se caracteriza por un patrón de ingesta calórica elevado durante la noche, combinado con una reducción del apetito matutino y una fuerte relación con el insomnio y la ansiedad.
La falta de sueño altera las hormonas del hambre, aumentando la grelina (que estimula el apetito) y reduciendo la leptina (que induce la saciedad).
Esto puede generar antojos nocturnos y mayor ingesta calórica, lo que dificulta la pérdida de peso y favorece la acumulación de grasa abdominal.
Dormir al menos siete horas de calidad por noche es fundamental para estabilizar los niveles de glucosa y reducir la necesidad de consumir alimentos en la madrugada.
“Es fundamental entender que no se trata de un problema de fuerza de voluntad, sino de un desajuste en la regulación del hambre y el sueño. El tratamiento debe incluir cambios en los hábitos alimenticios, terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, soporte farmacológico para regular los ciclos hormonales y mejorar la calidad del sueño”, explica el doctor Luis Dorado, especialista en Nutrición Clínica y Manejo Integral de la Obesidad.
Causas del síndrome del comedor nocturno
Se trata de una una condición multifactorial influenciada por diversos factores:
- Disregulación neuroendocrina: Alteraciones en la producción de serotonina, melatonina y cortisol.
- Estrés crónico y ansiedad: Factores emocionales que pueden llevar a comer de noche como mecanismo de afrontamiento.
- Patrones de alimentación irregulares: Restricción calórica diurna que provoca hambre excesiva nocturna.
- Desajustes en el sueño: Insomnio o despertares frecuentes con episodios de ingesta descontrolada.
Síntomas del SCN
Entre los signos más comunes se incluyen:
- Disminución o ausencia de apetito en la mañana.
- Consumo del 25% o más de las calorías diarias después de la cena.
- Episodios recurrentes de alimentación nocturna con falta de control.
- Estado de ánimo deprimido o ansiedad, estrechamente ligados al trastorno.
- Impacto en el Metabolismo y el Control del Peso
Consecuencias del SCN
Si no se trata a tiempo, el SCN puede derivar en:
- Obesidad y resistencia a la insulina.
- Alteraciones hormonales en la regulación del apetito.
- Mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo como ansiedad y depresión.
- Impacto negativo en la calidad del sueño y rendimiento cognitivo.
Tratamiento
El abordaje del SCN debe ser interdisciplinario e incluir:
- Intervención nutricional: Establecer horarios regulares de alimentación y evitar restricciones excesivas durante el día.
- Terapia cognitivo-conductual: Ayuda a modificar patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con la ingesta nocturna.
- Regulación del sueño: Implementar hábitos de higiene del sueño para mejorar la calidad del descanso.
- Soporte farmacológico: En algunos casos, pueden indicarse medicamentos para equilibrar los ciclos hormonales y reducir la ansiedad.