La Sección Instructora de la Cámara de Diputados tomó la decisión de desechar el proceso de desafuero contra el exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, luego de analizar la solicitud iniciada por el exfiscal de la entidad, Uriel Carmona, quien lo acusó de presunto abuso sexual.
De esta manera, el dictamen emitido por la sección concluyó que la solicitud era improcedente debido a las inconsistencias en la misma, lo que llevó a ser archivada.
Este revés para la acusación se dio en un contexto de creciente polémica, ya que muchos esperaban que el proceso judicial se llevara a cabo para esclarecer los hechos y determinar si existían pruebas suficientes que justificaran una posible destitución del diputado de Morena. Sin embargo, el dictamen señaló que la solicitud de desafuero no cumplía con los requisitos legales necesarios para continuar con el proceso.
Sesgo machista
La decisión de la Sección Instructora ha generado reacciones divididas. En uno de los pronunciamientos más contundentes, el legislador Germán Martínez acusó a la Sección de actuar bajo un sesgo machista, asegurando que existían acuerdos detrás de la decisión para proteger al político y, en consecuencia, desamparar a la víctima. Martínez expresó su desaprobación por lo que consideró una falta de apoyo a las denuncias presentadas en este caso.
Los detractores del exgobernador de Morelos se han manifestado, asegurando que se ha hecho caso omiso de una posible violación de derechos, mientras que los seguidores de Cuauhtémoc Blanco defienden su inocencia y cuestionan las intenciones detrás de la denuncia.
En este contexto, las acusaciones de machismo y la denuncia de una falta de apoyo a las víctimas de abuso se suman a las críticas que señalan la necesidad de una revisión más profunda en los procedimientos judiciales que involucran a altos funcionarios.
