Turquía quiere involucrarse en la arquitectura de seguridad de Europa. ¿Qué puede ofrecer? ¿Es Ankara un socio fiable?Ante la creciente incertidumbre sobre el papel de Estados Unidos como socio confiable, los jefes de Gobierno de la UE decidieron el jueves (20.3.2025) hacer todo lo posible para reforzar el sistema de defensa en los próximos cinco años.
En este contexto, Turquía se está posicionando con fuerza. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, subrayó durante la visita del primer ministro polaco, Donald Tusk, a Ankara, que Turquía sigue luchando por conseguir la plena adhesión a la UE, y que la única forma de que la UE frene "su actual pérdida de poder" es a través de una estrecha cooperación con Turquía.
Fuerza militar entre Europa y Asia
Turquía, situada estratégicamente entre Europa y Asia, tiene un poder militar considerable. Según el último informe de la plataforma Global Firepower, su Ejército ocupa el noveno lugar en la clasificación mundial, por delante de Italia, Alemania e Israel.
Según el informe, las fuerzas armadas turcas están compuestas por aproximadamente 884.000 soldados, de los que 355.200 están en activo. Además, hay 380.000 reservistas. La Fuerza Aérea Turca tiene más de 940 aviones militares, de los cuales, alrededor de 200 son aviones de combate. Con más de 2.230 tanques, es la segunda flota más grande dentro de la OTAN, después de EE. UU., que cuenta con 4.640 tanques.
En las últimas décadas, Turquía ha perseguido el objetivo de lograr que su industria de defensa sea independiente de los países extranjeros. Esto se debe a que países occidentales impusieron sanciones que, a menudo, provocaron escasez de suministros para las fuerzas armadas turcas.
Las inversiones a largo plazo en investigación y desarrollo, así como la expansión de la industria de defensa nacional, ahora están dando sus frutos. Según el profesor Haluk Görgün, director de la Agencia Estatal de la Industria de Defensa (SSB), en 2024 había más de 2.400 empresas con casi 100.000 empleados en el sector. Turquía exportó drones, tanques de batalla, sistemas de armas, barcos y otros equipos militares a 180 países, superando sus propios objetivos con un volumen de exportación de 7,1 mil millones de dólares estadounidenses.
Muchos países compradores proceden de África, Golfo Pérsico, Asia y Europa . Desde hace un año, Ankara también tiene en la mira a América Latina. El país también exporta armas a países con regímenes autoritarios y regiones afectadas por conflictos.
Amplias reformas en la industria armamentística
Hasta finales de 2024, el Dr. Jens Bastian ha venido realizando investigaciones en el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP) en Berlín, centrándose, entre otras cosas, en la política armatentística turca. Según el experto, el país ha experimentado cambios, sobre todo, bajo el Gobierno del partido islámico-conservador de Erdogan.
Además, prosigue Bastian, Turquía ha reformado profundamente su industria armamentística a través de una reorganización financiera y creando un sistema que conecta universidades, empresas emergentes y centros de investigación con el Ejército.
Como ejemplo cita a la empresa Baykar, del yerno de Erdogan, Selcuk Bayraktar, que ha logrado un éxito exportador global con el desarrollo de drones militares y civiles. Su capacidad operativa militar se ha demostrado en Ucrania, Libia y, más recientemente, en Siria.
A principios de marzo, Baykar firmó un contrato con la empresa de defensa italiana Leonardo para el desarrollo conjunto de drones. Indonesia también planea cooperar con Turquía en la producción de drones. Ya se están produciendo en Ucrania, añade el experto.
Pero a pesar de sus éxitos, Turquía sigue teniendo debilidades en la producción tecnológica, en particular en microchips y tecnología cuántica, según Bastian.
El papel crucial en el ascenso de Turquía como potencia exportadora en el sector armamentístico e instrumento de política exterior y económica, se debe a la Agencia de la Industria de Defensa (SSB), según Bastian, quien cree que Turquía, como potencia media, debe incluirse en los cálculos estratégicos de la UE, sus socios de la OTAN y China.
Erdogan también podría beneficiarse a nivel nacional, por ejemplo, si los principales políticos europeos critican mucho menos los crecientes déficits democráticos en Turquía. "Este silencio debilita la influencia política que aún tienen los partidos de la oposición turca y los miembros de las organizaciones de la sociedad civil", afirma Bastian. Aún no está claro si Turquía desempeñará un papel en la construcción de la arquitectura de seguridad europea.
(rmr/ms)