Cuando inicia la primavera en el hemisferio norte, la Ciudad de México acostumbra llenarse de las vistosas jacarandas que florecen y adornan las calles de la capital con sus pétalos color lila. Pero la presencia de este tipo de árboles en suelo mexicano se debe gracias a labor de un arquitecto japonés, conocido como Tatsugoro Matsumoto.
¿Cómo llegaron las jacarandas a CDMX?
Tatsugoro Matsumoto nació en Tokio, en el año 1861. Llegó a desempeñarse como arquitecto paisajista para el Palacio Imperial de Japón, que es la residencia permanente del gobernador. Sin embargo, antes de cumplir los 30 años, en 1888 se mudó a Perú con el fin de instalar un jardín japonés para el empresario Oscar Herren.
Ya en el país andino, fue el encargado de introducir los cerezos japoneses (conocidos popularmente como sakura) en América Latina. De esta manera, proporcionó la estética japonés en los jardines de Perú y, posteriormente en otros países. En 1894 construyó un jardín japonés en el Golden Gate Park de California, Estados Unidos.
Años después, cuando se instaló definitivamente en México, en 1900 fue contratado por el entonces presidente Porfirio Díaz, quien le pidió añadir los arreglos florales necesarios para embellecer la residencia del Castillo de Chapultepec.
Posteriormente, durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, Matsumoto pidió que se plantarán jacarandas en las avenidas principales de la Ciudad de México, y escogió una especie especifica para el clima de la capital: la jacaranda brasileña. Estos esfuerzos se realizaron debido a que el gobierno mexicano imitó el paisaje de los cerezos en Washington.
En los años posteriores, antes de sus muerte, Tatsugoro Matsumoto y su familia dirigieron un negocio de jardinería en la Ciudad de México, mientras que ayudaban a sus compatriotas migrantes debido a la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, su nombre es recordado gracias a la presencia de las jacarandas en la primavera mexicana.