El gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo despliegue militar en el paso fronterizo del estado de Nuevo México, como parte de un plan federal para reforzar la seguridad en la región y combatir el tráfico de fentanilo, la migración irregular y el crimen organizado.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, informó que el presidente Donald Trump firmó la semana pasada un memorando presidencial de Seguridad Nacional que ordena a las agencias encargadas de administrar tierras federales en la frontera ceder terrenos al Departamento de Defensa.
El objetivo es establecer una nueva Área de Defensa Nacional que abarcará más de 170 millas (275 kilómetros) en la zona fronteriza de Nuevo México.
Según Leavitt, la medida busca “mejorar la capacidad del gobierno para detectar, interceptar y procesar a migrantes indocumentados, bandas criminales y posibles terroristas”.
Además, aseguró que esta acción también “reforzará nuestras defensas contra el fentanilo y otros narcóticos peligrosos que han estado envenenando a nuestras comunidades”.
Despliegue militar en la frontera
Este despliegue federal se suma a una acción estatal previa. Desde el 8 de abril, la gobernadora demócrata Michelle Lujan Grisham autorizó el envío de personal de la Guardia Nacional de Nuevo México para apoyar al Departamento de Policía de Albuquerque.
La decisión fue tomada ante lo que calificó como una “epidemia” de consumo de fentanilo y un preocupante aumento de la delincuencia juvenil en la entidad.
Hasta el momento el personal militar desplegado en la zona desempeña tareas de logística y apoyo de transporte para ayudar a la Ofician de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), encargado de de impedir el cruce de migrantes por la frontera.
Estas fuerzas se unirán a los cerca de 2,500 efectivos de la Guardia Nacional y la Reserva de Estados Unidos ya desplegados en la región. Las tropas enviadas al cruce fronterizo tienen prohibido realizar funciones relacionados con el orden público, en virtud de la Ley Posse Comitatus.