El reclutamiento forzado de soldados por parte de una potencia ocupante es un crimen de guerra. DW habló con activistas y ciudadanos ucranianos sobre cómo los residentes son forzados a combatir del lado de sus invasores.Esta primavera se registró la tasa de reclutamiento militar más alta en 14 años en Rusia. A finales de marzo, el líder del país, Vladimir Putin, emitió un decreto ordenando el llamado a 160.000 hombres de entre 18 y 30 años. Para todos ellos el servicio comenzó el pasado 10 de abril.
El Ministerio de Defensa ruso asegura que este masivo reclutamiento no tiene nada que ver con la guerra de agresión lanzada por Rusia contra Ucrania. Pero los hombres en las regiones ucranianas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón también fueron convocados.
Según el Grupo de Derechos Humanos del Este de Ucrania, al menos 300 personas de los territorios ocupados fueron reclutadas por el Ejército ruso en el otoño de 2024, incluyendo a 200 de Zaporiyia y Jersón, y 100 de Lugansk y Donetsk.
Pocas opciones en los territorios ocupados
"Si me movilizan a la fuerza, me pego un tiro", dice Oleksii (nombre ficticio). El joven de 21 años vive en la parte ocupada por Rusia de Zaporiyia, donde quiere quedarse con su familia. Si se va, dice, "tendría que empezar mi vida de cero". Aunque ahora tiene pasaporte ruso y de momento se ha librado del servicio militar obligatorio. Pero desde el otoño pasado, las autoridades ocupantes rusas han estado exigiendo a los hombres que se alisten en el Ejército, señala.
Sin un documento de identidad ruso es casi imposible conseguir un trabajo o estudiar en una universidad, explica Oleksii. Otro hombre, un residente de 28 años de una aldea ocupada en la región de Lugansk, describe un escenario similar. Él no ha aceptado aún el pasaporte ruso, y las autoridades invasoras se encargan de hacerle la vida difícil a personas como él. Por ejemplo, no puede comprar tarjetas SIM para su móvil sin un pasaporte ruso, ya que las telecomunicaciones están bajo control de los invasores.
Presión para cumplir el plan de movilización ruso
Quienes se unen a las fuerzas rusas primero son enviados a Rusia para recibir entrenamiento, generalmente en las regiones meridionales de Rostov y Krasnodar, aunque también puede ser cerca de San Petersburgo o Moscú.
Según Pavlo Lysianskyi, activista ucraniano de derechos humanos y director del Instituto de Investigación Estratégica y Seguridad, el Ejército ruso no ha instalado sus propios cuarteles en los territorios ocupados por razones de seguridad.
"Después de su entrenamiento, muchos reclutas son enviados al frente tras firmar un contrato con el Ejército ruso", dice Lysianskyi. Esta decisión a veces es voluntaria, pero a menudo se toma bajo presión por falta de alternativas, señala.
Solo unos pocos reclutas de los territorios ocupados pueden evitar ser enviados al frente gracias al pago de sobornos o a que tienen buenos contactos. Lysianskyi dice que el año pasado apenas 15 hombres lo lograron. La razón es que las fuerzas rusas están bajo presión para cumplir con su plan de movilización. "Están tratando de compensar la falta de soldados regulares con hombres que ya han completado su servicio militar", afirma.
Circunstancias poco claras
Un caso similar fue descrito en un canal de Telegram centrado en la movilización en la llamada "República Popular de Donetsk". Según el testimonio, un hombre de la parcialmente ocupada región de Donetsk fue llamado al servicio militar y se le informó que sería desplegado en el frente al finalizar su entrenamiento. "Los comandantes le dijeron que ya le tenían todos los documentos firmados", contó a DW Mikhail (nombre ficticio), el dueño del canal.
Quienes hayan aceptado un pasaporte ruso y sean mayores de 18 años no son los únicos sujetos al servicio militar obligatorio. Cualquiera que haya completado su servicio militar en las llamadas "repúblicas populares" de Donetsk y Lugansk antes de febrero de 2022, que es cuando comenzó la invasión rusa a gran escala, también está obligado a servir.
Según Mikhail, esto incluye a los miembros de las "milicias populares" de las regiones ocupadas, quienes ya han sido enviados a Rusia para el servicio militar. Además, los hombres en edad de reclutamiento están siendo llamados a las oficinas para registrarse en el servicio. "Pero desconozco el alcance de esto", sostiene.
Castigo para los objetores de conciencia
Es prácticamente imposible negarse a servir en las fuerzas armadas rusas, afirma Olha Skrypnyk, directora del Grupo de Derechos Humanos de Crimea. Rusia comenzó la conscripción ilegal en 2015, señala, primero en la Crimea ucraniana ilegalmente anexada y luego en los otros territorios ocupados. "Antes de la invasión rusa a gran escala, cerca de 6.000 personas eran reclutadas cada año en Crimea. Actualmente no tenemos cifras, pero seguramente el número ha aumentado", observa.
Negarse a servir en Rusia puede acarrear una pena de cárcel de hasta dos años. Según organizaciones de derechos humanos, solo en Crimea se han abierto 583 procesos penales. Como sea, Skrypnyk recuerda que reclutar de forma forzosa en territorios ocupados es una violación al derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra.
En los territorios ocupados desde 2022, Rusia también ha estado reclutando soldados y a menudo los usa como "escudos humanos", dice la experta. "Sabemos de casos de hombres reclutados y puestos desarmados al frente de las tropas regulares, convirtiéndolos en los primeros en ser atacados. Esto se practicó masivamente en 2022".
(dzc/rr)