El papa Francisco, antes de su fallecimiento, realizó un paso histórico en la forma en que se despide a los líderes de la Iglesia católica, con un cambio importante en el ritual fúnebre papal, donde el pontífice argentino transformó uno de los actos más solemnes del Vaticano para reflejar una Iglesia más humilde y cercana.
¿Cómo será el funeral del papa Francisco?
El nuevo texto litúrgico, conocido como Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, marca un antes y un después; la muerte del Papa será constatada en la capilla y no en sus aposentos privados, y el cuerpo será depositado directamente en el ataúd sin pasar por complejos protocolos.
Además, desaparece la imponente estructura del catafalco para la exposición pública, acercando simbólicamente al pontífice a su pueblo hasta el final.
Uno de los cambios más significativos es la eliminación del antiguo protocolo de tres féretros (ciprés, plomo y roble), un símbolo que durante siglos representó jerarquía y poder.
En su lugar, habrá un solo ataúd, como gesto de sencillez y coherencia con el mensaje de humildad que Francisco impulsó desde el inicio de su pontificado.
Otra novedad que llamó la atención es que, por primera vez, se contempla oficialmente que un Papa pueda ser enterrado fuera de la basílica de San Pedro.
El sumo pontífice manifestó su deseo de descansar en la basílica de Santa María la Mayor, un lugar que visitó regularmente para encomendarse a la Virgen.
“La renovación de estos ritos busca que las exequias del Obispo de Roma reflejen la fe en Cristo resucitado y no la imagen de un jefe de Estado”, explicaron desde el Vaticano.
Esta reforma se alinea con la visión pastoral y reformista que caracterizó al pontífice latinoamericano; con estos cambios, no solo se reescribe el final del libro de los papas, sino que también deja clara su voluntad de que la Iglesia avance, aún después de su muerte, como un faro de espiritualidad y no como un símbolo de poder terrenal.
