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El honor perdido de la Bundesliga

Un año bastó para que el fútbol alemán perdiera jerarquía y retornara -según todo indica- a una "normalidad" en la que solo un club festeja.Hace un año, dos de los cuatro semifinalistas de la Liga de Campeones venían de la Bundesliga: el Bayern Múnich y el Borussia Dortmund. Este último incluso llegó a la final del torneo, que perdió contra el Real Madrid. En la Liga de Europa, uno de los finalistas fue alemán: el Bayer Leverkusen, que permanecía invicto en competencias nacionales e internacionales antes de ser derrotado en ese partido por el Atalanta.

Eran tiempos en los que el fútbol alemán parecía asomarse a un esplendoroso amanecer, y no solo por los datos del párrafo anterior. En la Bundesliga misma, además del insólito relevo en el trono, con el Bayer Leverkusen causando sensación global y terminando invicto ese campeonato, parecían surgir otras potencias emergentes como el Stuttgart, que terminó vicecampeón, el RB Leipzig, y el Borussia Dortmund aún entrenado por Edin Terzic. En otras palabras, había terminado la larga serie de coronaciones del Bayern Múnich, y la Bundesliga volvía a parecerse a una auténtica competencia deportiva.

Aquel presunto albor del balompié germano se vio completado por otro hecho. El 2 de junio de 2024, el fútbol alemán fue premiado con uno de los sitios adicionales en la Liga de Campeones para el torneo 2024-2025, conocidos como "Plazas de rendimiento europeo". Lo ocupó el Borussia Dortmund.

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Stuttgart y RB Leipzig en caída libre

A un año de distancia, ese brillo parece haber desaparecido. De los cuatro semifinalistas de la Champions League en torneo 2024-2025, ninguno es alemán. El Bayern Múnich fue eliminado por el Inter de Milán en cuartos de final, y ningún otro equipo germano jugó un papel relevante este año en el máximo torneo europeo de clubes.

Las presuntas potencias emergentes alemanas se desinflaron en pleno despegue, tanto en la Liga de Campeones como en la Bundesliga. En vez de consolidar el proyecto que había funcionado, el vicecampeón Stuttgart optó por hacer caja y vendió a sus pilares en la defensa (Waldemar Anton e Hiroki Ito) y el ataque (Serhou Guirassy y Silas). La consecuencia no podía ser otra. Todo indica que el equipo de Suabia terminará el actual torneo local cerca de la media tabla, mientras que en la Champions no pasó de la primera fase.

El RB Leipzig, con una plantilla envidiable y un entrenador aparentemente ideal, se extravió en la Bundesliga a medida que el propio Marco Rose -ya cesado- perdía totalmente el control del proyecto. En Liga de Campeones sufrió una larga humillación, con un triunfo y cuatro derrotas. Los toros aún aspiran a jugar en la próxima Champions, pero de ninguna manera tienen el sitio asegurado al llegar a la jornada 31 de la actual Bundesliga en cuarto sitio de la tabla de Bundesliga, y solo un punto arriba del Freiburg.


El Borussia Dortmund -comprador de Anton y Guirassy, además de otra gran promesa como Maximilian Beier del Hoffenheim- sufrió los efectos del desastroso experimento con Nuri Sahin como entrenador. Mucho tendría que pasar para que las abejas jugaran en la próxima Champions luego de llegar bastante alto (final y cuartos de final) en las dos anteriores. En Bundesliga, el equipo luce mejor desde que lo tomó Niko Kovac, pero apenas basta para un octavo lugar a cuatro partidos de que finalice el torneo.

Bundesliga, de vuelta al crepúsculo

En el panorama local, el trofeo del Bayer Leverkusen en 2024 se inscribe en la eternidad, al ser el primer club en la historia de la Bundesliga en acabar un torneo invicto; y además, por el fenómeno creado por Xabi Alonso al lograr tal hazaña con una plantilla inspirada y bendita por la diosa fortuna.

Pero todo indica que aquella proeza será más bien un intermezzo. Si bien el Bayer Leverkusen ha hecho un torneo 2024-2025 bastante sólido, es el eterno Bayern Múnich el que hoy tiene las cartas a su favor para regresar al trono.

Si esto se confirma el sábado o en otra jornada posterior, en Múnich habrá una fiesta que podría volver a prolongarse por muchos años. En el resto de Alemania, sin embargo, lo que habrá es un bosque de preguntas sobre la rápida pérdida de jerarquía del fútbol nacional ante ligas como la francesa (que podría tener en el PSG su propio campeón invicto) y la Serie A italiana, a las cuales antes oteaba.

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