La muerte del papa Francisco puso de manifiesto su aporte a la Iglesia, en el que además de su legado social, hay que sumarle el ambiental. Hace una década se publicó su encíclica "Laudato si".La muerte del papa Francisco dejó almundo huérfano de un líder carismático. Durante toda la semana, los medios de comunicación han analizado sus doce años de pontificio, resaltando su legado, mayoritariamente en el ámbito social, pero también en el ambiental, con la encíclica Laudato si, de hace una década, donde se recogen pautas para construir "un mundo más solidario, fraterno, pacífico y sostenible", basado en "una relación más armoniosa con la naturaleza".
"La publicación de Laudato si en junio de 2015 fue clave para impulsar los diálogos sobre la gravedad de la crisis climática, tanto en los diferentes espacios de alto nivel, como en las bases en el marco de la COP 21, de la que se derivó el Acuerdo de París", apunta a DW Fabián Campos, director de Hispanoamérica del movimiento Laudato Si.
"Laudato si ha influenciado mucho porque en su escrito participaron personas de Naciones Unidas, científicos, personas de la espiritualidad y tiene propuestas, reflexiones para influenciar procesos de vida", explica a DW el secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (Repam), João Gutemberg Sampaio.
"La encíclica Laudato si ayudó a universalizar la preocupación por el cuidado de la casa común, un concepto que no es sólo ambientalista, sino que incluye también la preocupación por el conjunto del planeta, incluidos los seres animados y los no animados", indicó a DW Pedro Sánchez, miembro del equipo coordinador de la Red Iglesias y Minería.
Un llamado al cuidado del planeta en peligro
"Esta encíclica va mucho más de la sola preocupación por la crisis climática, ahonda en las causas del calentamiento global y de contaminación y destrucción del planeta", puntualiza Sánchez. "Hoy es uno de los textos estudiados en escuelas, universidades, movimientos ecologistas y hasta en los grupos de catequesis de las parroquias que en muchas partes del mundo han generado lo que se llama Pastoral de Ecología Integral".
Según Campos, el camino hacia la ecología integral, "lo habría iniciado en Aparecida, donde se reunió todo el episcopado de América Latina y el Caribe con el entonces papa Benedicto XVI, quien le encargó la redacción del documento final". "Este proceso fue clave, pues él pudo conocer de primera mano los retos que afrontaba la Iglesia sobre este tema, particularmente de la Amazonia. Es de ahí que podemos ver que Laudato si podría ser en sí un reflejo de un proceso de maduración de su visión sobre la ecología integral para la Iglesia universal", añade. Además, recuerda que "es así que pocos años después plantea el sínodo de la Amazonia".
Se trata de "un llamado enérgico de la Iglesia universal al cuidado y defensa de uno de los ecosistemas más importantes del planeta Tierra, que está seriamente amenazado por las industrias extractivistas como las petroleras, mineras, ganaderas y de monocultivo", recuerda Sánchez.
"Se dice que con el sínodo de la Amazonía, Francisco trajo la periferia al centro, porque el Vaticano tiene una gran capacidad de comunicación, entonces dió voz, visibilidad, un grito de cuidado para todo el planeta", explica el secretario ejecutivo de la Repam.
Pasando del sermón a la acción
Además de la fundación de redes eclesiales de ecología integral en todo el mundo, la Iglesia también se ha hecho eco del llamado a la acción urgente del papa Francisco sobre la desinversión en los combustibles fósiles. "Es la institución que actualmente ha realizado más compromisos de no inversión en combustibles fósiles. La desinversión se ha concentrado mayoritariamente en el norte global, pero ha venido calando cada vez más en América Latina", dice el director de Hispanoamérica del movimiento Laudato Si.
No obstante, para el vocero de la Red Iglesias y Minería, aunque dicho movimiento "logró un gran avance en los niveles de consciencia del mundo académico y de algunos grupos de inversionistas, no se ha logrado frenar el avance del extractivismo petrolero en América Latina". "Se deberían sumar también campañas para la desinversión en minería y otros tipos de extractivismo sobre todo en zonas como la Amazonia", considera.
En este sentido, Campos recuerda que "la Iglesia se ha comprometido también de manera contundente a levantar la voz en contra de proyectos extractivistas que afectan a toda la sociedad, entre ellos destacan la Iglesia de El Salvador, Ecuador y República Dominicana".
En este ámbito también destaca la creación la Plataforma Internacional para la Desinversión en Minería, promovida por la Red Iglesias y Minería y que cuenta con más de 200 organizaciones adheridas. No obstante, "aún pocas para lograr el impacto necesario", lamenta Sánchez, que da algunos ejemplos de acción en la región. "En Brasil, la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil) cuenta con una Comisión Episcopal de Ecología Integral y Minería, en Ecuador la Iglesia impulsa la Red Nacional de Pastoral Ecológica, en Panamá y El Salvador la Iglesia está llamando a tener sus respectivos países libres de minería metálica, en los 9 países amazónicos se consolida la Red Eclesial Panamazónica, también la Red Iglesias y Minería consolida sus nodos nacionales en la mayoría de los países del continente", detalla Sánchez.
Por otro lado Campos recuerda que "la Iglesia católica presentó los 'objetivos Laudato si' y la 'plataforma de acción Laudato si', los cuales están direccionados a que las comunidades católicas de todo el mundo y su diversidad de instituciones tengan una hoja de ruta para concretar este llamado".
Un legado eterno
"La muerte del papa Francisco nos plantea el desafío de redoblar los esfuerzos para promover un mundo más solidario entre todos los seres, incluyendo a los seres humanos, y un mundo en armonía que garantice la biodiversidad", considera Sánchez.
"El querido papa Francisco termina su peregrinación con nosotros, pero de la dimensión física, no de la dimensión de las ideas y propuestas", recuerda el vocero de la Repam.
Por este motivo, "la forma de conservar el legado de Francisco es poner en acción el mensaje que dio a la humanidad", aboga Campos, al recalcar que su legado "seguirá marcando la ruta de la Iglesia católica y la sociedad en general hacia la ecología integral, pues esta ha sido en gran medida ya asimilada por el conglomerado católico e incluso no católico gracias a la profundidad de su mensaje".
(rr)