La cocaína es cada vez más popular en el país. La droga, que antes era considerada un símbolo de estatus, se ha extendido a todas las clases sociales, con graves consecuencias para el sistema de salud.A mediados de abril, el presidente de la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA), Holger Münch, advirtió sobre la creciente presencia de la cocaína en Alemania. La droga se está extendiendo rápidamente debido a que el mercado norteamericano está saturado y el tráfico "se está concentrando más en Europa", dijo.
El comisionado federal para la Adicción y las Drogas, Burkhard Blienert, también está preocupado. "Hoy consume cocaína más del doble de personas que hace apenas unos años. Esto la convierte en la principal droga ilegal en Alemania", declaró a DW. "Vivimos tiempos de incertidumbre, y en estos momentos es cuando las personas recurren crecientemente a las drogas", añadió.
Las cifras dan la razón a ambos expertos. Según las estadísticas policiales de 2024, los delitos relacionados con la heroína disminuyeron el año pasado, mientras que aquellos vinculados con la cocaína aumentaron casi 5 por ciento.
El declive de la heroína
El total de cocaína incautada en Alemania en 2023 alcanzó la cifra récord de 43 toneladas, una cifra que duplica a la decomisada en 2022. La aduana informó que desde 2021 se vienen reportando aumentos significativos en los hallazgos de cocaína, mientras que en las otras drogas ilegales apenas hubo cambios significativos.
Además, los análisis de aguas residuales en Alemania muestran concentraciones cada vez mayores de cocaína, lo que indica un marcado aumento del consumo.
Una de las razones aducidas por Münch para el aumento del consumo es que el mercado de la heroína ha cambiado drásticamente, "porque los talibanes han detenido el cultivo de opio en Afganistán", lo que ha causado una "escasez" de heroína. Sin ir más lejos, el organismo de la ONU que monitorea el tráfico mundial de drogas reportó una disminución de 95 por ciento en el consumo de heroína.
¿Cocaína en lugar de marihuana?
El consumo de marihuana se legalizó hace un año en Alemania. "Ahora se puede fumar marihuana en público sin meterse en problemas", dice Jörn Memenga, de la Asociación Alemana de Investigadores Criminales. "Esto podría hacer que la cocaína sea más atractiva para quienes desean probar algo ilegal", explica.
Un gramo de cocaína cuesta entre 50 y 80 euros para el consumidor final. Con esto se pueden producir unas 15 porciones. Por lo tanto, una línea de coca cuesta en torno a los 5 euros, tanto como una copa de vino en un bar.
Los riesgos para la salud son serios. La cocaína contrae los vasos sanguíneos y puede provocar ataques cardíacos o derrames cerebrales en los jóvenes. Pero sobre todo, esta droga tiene efectos psicológicos a largo plazo y puede provocar ansiedad crónica y ataques de pánico, trastornos de sueño, delirios paranoides o comportamientos narcisistas, explica Ingo Schäfer, psiquiatra del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf.
Los puertos de Hamburgo, Róterdam y Amberes, en Alemania, Países Bajos y Bélgica, respectivamente, han sido durante mucho tiempo los puntos de ingreso de la droga proveniente de Sudamérica.
Los buques de carga suelen llegar desde Guayaquil, en Ecuador. Ese país se ha convertido en pocos años en el epicentro del narcotráfico internacional. La experta en seguridad Carla Álvarez, del Instituto de Altos Estudios Nacionales en Quito, dice a DW que "Ecuador se encuentra justo entre el principal productor de cocaína, Colombia, y los números dos y tres en el ránking, Perú y Bolivia. Y Guayaquil, con su puerto, logística e infraestructura, es el punto de transporte ideal".
Más de 2.000 contenedores salen cada semana rumbo a Europa desde Ecuador, a menudo transportando cocaína, normalmente escondida entre plátanos. Ecuador es uno de los principales exportadores de bananas del mundo, lo que ofrece una buena oportunidad a los traficantes del "oro blanco".
¿Impotencia contra los carteles?
Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Onudd), los productores y traficantes latinoamericanos de drogas consideran que el riesgo de ser atrapados en Europa es relativamente bajo. La aplicación de la ley no funciona tan bien como en Estados Unidos, por ejemplo. Según el último reporte de la Onudd, los traficantes también consiguen corromper más fácilmente al personal portuario. No solo eso: en Alemania, esta semana se juzga a un fiscal de Hannover, acusado de haber vendido información privilegiada a una banda de narcos.
En los últimos años, las autoridades antidrogas de Bélgica y Países Bajos han aumentado su personal y modernizado el equipamiento. Alemania, en cambio, está rezagada en esta material.
El comisionado Blienert espera un cambio, sobre todo porque el número de muertes relacionadas con las drogas está aumentando. "Estos desafíos no se pueden abordar únicamente con recursos policiales y sanciones. Necesitamos un enfoque coordinado de todos los actores e instituciones del sistema: desde la prevención y la ayuda hasta una lucha estricta contra los delitos relacionados con las drogas", afirma.
(dzc/rr)