Nuevo León se encuentra en tercer lugar nacional en el número de denuncias de violencia familiar en contra de las mujeres con 11 mil 133 casos, de acuerdo con el último reporte que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
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Las cifras son al corte de junio del presente año y en primer lugar está la Ciudad de México con 18 mil 298 casos y le sigue el estado de México con 13 mil 643.
En el ranking de los cinco primeros lugares también está Chihuahua con 6 mil 987 casos y Coahuila con 6 mil 865.
La violencia que se genera en los hogares del estado también queda asentada en el registro de llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia de pareja de las cuales se recibieron mil 108, una cantidad muy baja si se compara con el número de denuncias por violencia que se presentaron.
La proporción de llamadas por cada 100 mil habitantes es de 38.4, según los mismos datos del SESNSP.
Un análisis del Observatorio de Seguridad y Justicia del Consejo Nuevo León para la Planeación Estratégica, establece que hay precondiciones históricas con mayor influencia en la probabilidad de que una mujer sea víctima de violencia de pareja como son: la exposición familiar previa, el nivel socioeconómico y el educativo.
El riesgo de ser víctima de violencia aumenta en la mujer tres veces cuando experimentaron contextos violentos previamente, por ejemplo, que su padre golpeara a su madre.
También se encontró que pertenecer a un nivel socioeconómico alto reduce en 1.27 veces la probabilidad de ser víctima de violencia y lo mismo ocurre con las mujeres con estudios universitarios que son 1.79 veces menos probables de sufrir este tipo de agresiones.
El análisis:
Brenda Sánchez, diputada local por Movimiento Ciudadano
¿Vemos que la violencia familiar contra las mujeres ha repuntado?
—Tiene que ver con factores externos y también internos. Este es un tema en donde el medio ambiente en lo general impacta a la familia: temas laborales, tema de la movilidad y cómo llega la gente cansada a sus hogares. El otro es el interno, lo que se vive al interior de los hogares, la situación que se vive con la violencia que se da no solamente a la mujer, también se da al marido y en el peor de los casos se da con los niños.
¿Qué medidas hace falta tomar para frenar la problemática y quiénes son los más afectados?
—Nosotros hemos trabajado muy duro en generar productos legislativos muy encaminados en proteger el interés superior de la niñez. Analizar las etapas procesales que hay en los juzgados, buscar la eficiencia administrativa para este problema que hay en la familia.
¿Cuáles son las reformas que han presentado?
—Una que es muy importante es la iniciativa que pretende tipificar como delito, aquellas acciones que sean tendientes a simular el ingreso menor real con la intención de no cumplir con la obligación alimentaria; otra muy interesante y que pueden cuestionar es la encaminada hacia los hijos que ni estudian, ni trabajan y ya tienen 40 años viviendo ahí en su casa y siguen aprovechando de la familia y que generan un tipo de violencia hacia el interior de un hogar.
Nuevo León tiene una Alerta de Violencia de Género para varios municipios ¿hace falta ampliarla?
—La Alerta de Género sin duda va a ayudar con otros instrumentos como es el protocolo Alba. Yo lo que haría en este momento es exhortar a todas las unidades administrativas del gobierno a no poner en duda ningún tipo de denuncias, que le crean a las mujeres. Cuando una mujer se acerca a una dependencia y te dice: me amenazó, me dijo que me iba a matar, créanle…Los gobiernos municipales y el estado tienen que estar atentos y ser más ágiles en la respuesta hacia los sistemas de intervención, de protección a la mujer. El caso que sucedió en Jalisco, es un caso verdaderamente triste porque ella denunció y no le creyeron.