El hato de reses en Nuevo León caerá hasta en un 15% entre julio y agosto, lo que representa unas 60 mil o 100 mil cabezas, debido a las condiciones de sequía que agobian a la entidad.
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Así lo dio a conocer, Adrián de la Garza Tijerina, presidente de la Unión Regional Ganadera del estado, quien dijo que el impacto será severo para la producción ganadera.
“Lo que está más afectado, los municipios que están pasándola más difícil son los del norte del estado, los que son Lampazos, Anáhuac, entre otros”, dijo el representante de los ganaderos en el estado.
Detalló que la pérdida del hato se estima para los meses de julio y agosto. En la entidad hay unas 600 mil cabezas por lo que lo que la pérdida sería de 60 mil a 100 mil menos.
“Podría bajar el hato ganadero desde un 10, un 15%, en vacas reproductivas”, especificó.
Añadió que las escasas precipitaciones que se han presentado han sido en la zona montañosa; sin embargo, ahí hay muy poco ganado.
Expuso que en los “meses tropicales” que son agosto, septiembre y octubre es cuando más llueve, pero ahora las precipitaciones no se presentaron desde el año pasado.
“Eso ha hecho que se alargara mucho la sequía”, apuntó.
La falta de agua ha impedido que crezcan el pasto y los agostaderos de los ranchos.
Dijo que ante la sequía hay muchos ganaderos que ya están acarreando agua y otros que están dando pastura la cual está sumamente cara porque los insumos están tres veces más caros que en la última sequía que fue hace siete años.
“Entonces eso ha sido muy pesado, ya se empieza a notar en donde los ganaderos lo que hacen es empezar a reducir sus hatos”, comentó.
Indicó que en este proceso empiezan a vender las vacas más adultas, menos productivas para que se vayan a otros ranchos productivos o al abasto.
Precisó que es alarmante la situación que están pasando sobre todo porque desconocen cuando mejore.
“Es muy alto costo mantener ganado ahorita”, puntualizó.