El monorriel que se contempla como una posibilidad para las líneas 4, 5 y 6 del Metro es una opción limpia, económica y segura para los pasajeros, dijo Nils Traschel, director general de Derap AG, empresa suiza que forma parte del consorcio Ferrovías del Bajío que se encuentra bajo licitación para realizar las obras a partir del 30 de septiembre.
Este martes, el ejecutivo suizo realizó una presentación del proyecto y destacó los puntos a favor y la forma en que beneficiaría este sistema de transporte a una ciudad como Monterrey.
“El monorriel es un sistema elevado, ligero que funciona con gran éxito en diferentes ciudades del mundo. En Monterrey existen las condiciones ideales para que pueda empezar a funcionar”, señaló Traschel en una conferencia realizada en la Cámara de la Industria de la Construcción.
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El día 23 de septiembre se emitirá el fallo y la obra tendrá que comenzar siete días más tarde, sin excepción.
“Somos una empresa que por años ha trabajado con este sistema de transporte que tiene múltiples ventajas, una de ellas es que se adapta fácilmente a cualquier infraestructura que ya exista lo cual reduce costos”, afirmó Traschel.
La cero contaminación y la poca emisión de ruido porque se mueve a través de neumáticos de goma, añadió, son otros factores a favor.
Existen dos modelos de monorrieles y cualquiera de ellos podría aplicarse a las líneas 4, 5 y 6: el que va montado sobre una estructura y el que va suspendido.
“En total serían seis carros que se desplazarían a 80 kilómetros por hora como velocidad máxima”, destacó el director general de Derap AG. “Tiene 12 puertas por cada lado y la capacidad de transportar a 684 pasajeros”.
Traschel destacó que cada vez más ciudades adaptan este medio de transporte cuyo diseño futurista proporciona una vistá más moderna al entorno.
Derap AG actualmente está desarrollando proyectos en Sao Paulo, El Cairo, Panamá, Dubai y Bangkok.
Ingresos por desarrollo tecnológico
En caso que el consorcio Ferrovías del Bajío ganara la licitación para las nuevas líneas del Metro establecería en Nuevo León una ensambladora que, además de generar empleos, convertiría a México en un hub de tecnología que produzca alto valor.
“En el momento en que sepamos si ganamos o no ya pensaremos en instalarnos aquí. Esto sería el 23 de septiembre. Sabiendo si ganamos tomaríamos la decisión”, expresó Rodrigo de la Fuente, director general de Ferrovías del Bajío.
Señaló que los trabajos físicos empezarían después del mes seis, mientras se tienen que realizar estudios, pero que ya formarían parte del proyecto.
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“En realidad (después de seis meses) es cuando se desarrolla todo el design freeze y se empiezan otras cosas. Se tienen que hacer los bogues y llegan de Suiza; obviamente pasa un tiempo y en ese tiempo no vamos a empezar a ensamblar. Físicamente es un trabajo muy intenso de ingenieria, de visita a los proveedores, de verificaciones”, destacó.
Ferrovías del Bajío ya es una empresa establecida en México que estableció un consorcio con Derap AG para el monorriel.
“No es la fábrica que ustedes se imaginan con chimeneas, hornos. Todos esos complejos se subcontratan al igual que lo hace cualquier otro proveedor y se llega a ensamblar. No estamos hablando de una línea de producción del tamaño de General Motors. Al final es un proyecto grande para Latinoamérica, pero pequeño para el mundo”.
De la Fuente explicó que si ganan la licitación y la empresa se establece en Nuevo León armarían 37 trenes.
“Sí rentable porque ademas nuestro plan no es solamente armar estos, el plan es armar un hub para poderlos transportar al mundo; actualmente ya exportamos a 45 países como Ferrovías del Bajío, en diferentes modalidades de refacciones.
La idea, agregó el ejecutivo, no es montar una planta, acabar y quitarla.
“La idea es proyectar al mundo lo que estamos haciendo, generar bienes de alto valor tecnológico y exportarlos; generar en México un hub de tecnología que producza alto valor, no nada más maquilar porque es muy bonito que aquí hagan KIA, pero finalmente es una marca coreana y las ganancias se van a Corea.
“Si nostros fabricamos aquí trenes y empezamos a exportar, una compañía mexicana va a llevar trenes a otro lado y el desarrollo tecnológico y los ingresos tecnológicos se van a quedar aqui”, afirmó De la Fuente.
Indicó que la fabricación de un tren en el extranjero tiene un costo de 100 mil dólares más 30 mil dólares por concepto de traslado.
“Mover un tren de este tamaño es muy caro y muy complejo. Si lo ensamblamos aquí se puede reducir el precio y ser más competitivos”, aseguró De La Fuente.
