Las estadísticas son duras: el 66% de mujeres a nivel nacional y siete de cada 10 en Nuevo León han sufrido de alguna forma de violencia y ante este panorama el Congreso aprobó, por unanimidad, una reforma a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Con esta se obliga a los municipios a instalar refugios o centros de atención a víctimas de esta problemática.
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La iniciativa fue presentada por el morenista Waldo Fernández quien informó que dos de cada tres mujeres ha sufrido de algún tipo de acto violento en su contra.
El legislador señaló que no todas las mujeres violentadas logran sobrevivir, por eso es importante que existan lugares en donde, además de encontrar seguridad puedan ser orientadas en aspectos como sus derechos.
“Hay una cultura machista y aún cuando las mujeres hayan intentado hacer frente a la violencia persiste un conjunto de conductas que hacen posible la comisión del feminicidio”, señaló Fernández.
Reiteró que en México dos de cada tres mujeres de 15 años o más ha sido víctima de esta situación.
“La violencia puede ser emocional, sexual, física o patrimonial. En Nuevo León siete de cada 10 mujeres de ese rango de edad experimentará violencia en algún momento de su vida”.
Fernández señaló que Nuevo León se ha convertido en un lugar inseguro para vivir.
“Hay un repunte de llamadas al 911 en las que se reporta violencia doméstica, por eso es urgente la instalación de refugios para las víctimas de cualquier tipo de violencia y salvaguardar su integridad”, destacó.
La panista Lilia Olivares señaló que la facultad de los municipios contempla también la responsabilidad del presupuesto y administración para la creación y operación de los refugios.
Norma Benítez, de Movimiento Ciudadano destacó que la violencia, casi siempre, se da al interior de los hogares.
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“Reconocemos en esta iniciativa el marco constitucional para que los municipios puedan contar con un refugio en el cual se brinden asesoría y apoyo gratuito a las mujeres en caso de maltrato”, señaló la emecista.
