Dicen que es mejor dar que recibir y en este Día del Padre Tomás Manzanares Rodríguez celebró un año de haber brindado el mejor regalo que un papá puede dar a una hija: la salud. Y es que el regiomontano donó un riñón para que Irma Valeria Manzanares Galaviz mejorara notablemente su calidad de vida.
Manzanares Rodríguez, quien se dedica a la venta de flores en el Centro de Monterrey, afirmó que ama a sus cinco hijos, pero ver a Valeria enferma le causaba una profunda angustia.
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“Por mí que me hubieran sacado los dos riñones”, afirmó contundentemente el papá de la paciente.
Fue en el Hospital General de Zona No. 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) en Nuevo León, donde se concretó la mayor muestra de amor de un padre a su hija: la donación de un riñón para acabar con su sufrimiento.
Irma Valeria, de 19 años, padecía de una insuficiencia renal que la mantuvo “atada” a un tratamiento de diálisis por dos años, lo que le impedía hacer una vida normal como las jóvenes de su edad.
Ante esta situación, la paciente fue ingresada al protocolo de trasplante.
Cuando los médicos solicitaron un donador, el padre no dudó ni un minuto en ofrecer su riñón para ayudarle a su hija a recuperar su vida y cumplir sus sueños.
El coordinador del Programa de Trasplantes de Órganos y Tejidos del HGZ No. 33, doctor Emilio Pérez Rocha León, precisó que los donadores relacionados (de algún familiar consanguíneo hasta la cuarta generación) ofrecen mayor probabilidad de compatibilidad y menor riesgo de rechazo al órgano.
El 14 de junio del 2022, el equipo interdisciplinario del hospital inició de manera simultánea, en dos salas distintas de quirófano, la preparación para las dos cirugías: la procuración del riñón en el padre y el trasplante del mismo órgano en la hija.
La nefrectomía laparoscópica (extracción del riñón) fue encabezada por el urólogo, doctor Alberto Colorado García, con su equipo de médicos y anestesiólogos especializados; en tanto que los doctores Pérez Rocha León y Josué Chávez Rodríguez fueron los cirujanos que llevaron a cabo, por cerca de tres horas, la cirugía de trasplante, que culminó exitosamente.
A un año de haber sido trasplantada, la vida de Irma Valeria cambió por completo.
Con voz determinante, Tomás reiteró que, en todo momento, la vida de su hija fue para él lo más importante.
“Si yo ya no despertaba (de la cirugía) no importaba, lo que yo quería es que ella viviera, daría todo por mi hija, hasta el corazón se lo daba”, añadió con emoción.
Irma Valeria indicó no sentirse sorprendida por que su padre se haya desprendido de un riñón para regalárselo a ella.
“Siempre ha sido un buen padre”, sentenció la joven de 19 años. “Muchas gracias por haberme donado su riñón y gracias por haberme dado también una segunda oportunidad… lo quiero mucho”.
Para la joven paciente, quedó atrás la enfermedad que tanto temor le había causado a los 19 años. Ahora trabaja y desea regresar a estudiar para hacer la carrera de Trabajo Social y demás sueños que podrá cumplir, gracias a la intervención del Instituto Mexicano del Seguro Social y al riñón que su padre le donó, como la mayor muestra de amor.
Este es el trasplante renal número 191 del Hospital General de Zona (HGZ) No. 33 desde que arrancó su programa en 2009.
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Esta unidad médica de segundo nivel de atención también realiza trasplantes de córnea, lo que la coloca como uno de los hospitales de su tipo más importantes del país.