En unas elecciones históricas, por representar el fin de la era Merkel en Alemania, luego de que la canciller ha permanecido en el cargo por dieciséis años, el 26 de septiembre pasado el Partido Socialdemócrata (SPD) ganó los comicios federales con el 25.7 % de los votos, frente al 24.1 % de su rival, la alianza Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU). Debido a que ningún partido alcanzó la mayoría, algo que es común en ese país, comenzarán las negociaciones con el resto de las fuerzas políticas para lograr una coalición. En este proceso, la mejoría de resultados para ecologistas y liberales los coloca como actores clave para determinar la formación del futuro Gobierno.
Así, al SPD y a la alianza conservadora le siguen en tercer sitio (con un 14.8 %) y en cuarto (con un 11.5 %), respectivamente, Los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP), que incrementaron sus votos en comparación con los datos de 2017. En seguida, como quinta fuerza, se coloca la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con un 10.3 % —un porcentaje menor al alcanzado hace cuatro años—, y en sexto lugar, el partido La Izquierda cae al 4.9 % de los votos, pero aún así entra al Bundestag, al conseguir tres escaños más mediante el mecanismo de compensación que contempla el sistema electoral alemán para beneficiar a los partidos pequeños.
Tras la jornada electoral, Alemania comienza una nueva e inédita era política. Los conservadores han sufrido su peor resultado, los socialdemócratas retornan al poder como fuerza mayoritaria, y el avance de ecologistas y liberales rompe las tradicionales coaliciones de dos partidos. Esto significa que una mayoría en el Bundestag no será viable sin la participación de una tercera fuerza, lo que a su vez determinará la coalición de Gobierno. En este escenario, la única formación que queda fuera de cualquier posible alianza es AfD, ya que todos los demás partidos han pactado no negociar con la ultraderecha.
No obstante, a pesar de la salida de la canciller y de que el triunfo de los socialdemócratas acerca a Olaf Scholz (SPD) a la Cancillería, prevalece la incertidumbre sobre quién sucederá a Merkel. Y es que a la par de un sistema electoral complejo, en ese país no siempre el ganador obtiene todo. El nuevo canciller y su futura administración dependerán de las negociaciones que se logren entre las diferentes fuerzas políticas. Por ahora, tanto Scholz como Armi Laschet (CDU/CSU) ya han anunciado su intención de formar Gobierno.
A fin de formar una alianza, las reuniones de dirigentes de partidos ya comenzaron, y se espera que los diputados recién electos se encuentren la próxima semana. Es una costumbre que el partido con mayores votos invite a los minoritarios a iniciar las denominadas conversaciones exploratorias, para alcanzar una mayoría; sin embargo, todos los partidos con representación política en el Bundestag pueden sostener conversaciones en paralelo para unirse.
Una vez que dos o tres partidos lleguen a un acuerdo, inician las reuniones para definir temas de política y decidir quién quedará a cargo de cada Ministerio. Posteriormente, firman el pacto de coalición y entonces nominan a quien quieren como canciller. El Bundestag vota en secreto y el candidato debe obtener la mayoría absoluta. En caso de que no surgiera una alianza entre las fuerzas políticas, el titular del Ejecutivo nominaría al canciller, el cual podría provenir del partido que obtuvo el mayor número de votos, en este caso, el SPD.
El panorama para formar Gobierno plantea distintas y diversas posibilidades. En un escenario hipotético, la alianza actual (CDU/CSU y SPD) podría renovarse. Pero también es probable que, tanto conservadores como socialdemócratas intenten asociarse en conjunto, ya sea con ecologistas o con liberales, o bien, que cada uno en solitario pacte con las otras dos formaciones. Bajo estas expectativas, cabe tener presentes las diferencias existentes entre los bloques políticos, lo que podría dificultar las negociaciones. Por ejemplo, entre la CSU y los liberales; entre verdes y liberales o entre socialdemócratas, ecologistas y La Izquierda.
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Finalmente, el proceso para convenir una mayoría política en el Bundestag y, posteriormente, cerrar las negociaciones son fases que no tienen un período límite, por lo que podrían demorar semanas o meses. Ante esto, Scholz y Laschet han manifestado que pretenden tener un Gobierno instalado antes de Navidad. Mientras tanto, la canciller Merkel permanecerá en el poder.
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA