La semana pasada se discutió en la Cámara de Diputados la Ley de Ingresos y Miscelánea Fiscal para el próximo año, es decir, cuanto va a recaudar el Estado mexicano en el 2022 para poder gastar y atender las necesidades de las personas.
A tres años de que inició este sexenio, no hay un solo mexicano que no perciba la crisis en la que está sumergida el país, sufriendo las consecuencias directamente en su bolsillo o en las dificultades que enfrentan sus amigos y familiares para trabajar, estudiar y salir adelante.
Estamos a la mitad del sexenio y el actual gobierno no ha dado aun respuestas a las demandas ciudadanas que prometió solucionar y por las cuales millones de mexicanos le confiaron el rumbo del país. Estos tres años han sido de discursos vacíos y apariencias, mientras que los legisladores oficialistas y los funcionarios lacayos del presidente no hacen más que saquear los recursos del país e introducir leyes que dañan profundamente el bienestar de las familias.
La Ley de Ingresos propuesta por los diputados morenistas es el ejemplo más reciente y contundente de que estos criminales no quieren y no pueden trabajar por el bien de México. Por ejemplo, pretenden limitar las aportaciones que se pueden hacer a organizaciones de la sociedad civil para impedir la donación de recursos y deducción de impuestos a partir de estas.
Lo preocupante es que esta medida implica asfixiar a las fundaciones y activistas que velan por los intereses de los más vulnerables, especialmente cuando el Estado no está presente. Peor aún, quieren obligar a todos los jóvenes a inscribirse al Registro Federal de Contribuyentes para que paguen impuestos por todo lo que entre a sus cuentas.
Con esta ley pretenden aplicar el llamado terrorismo fiscal a los mexicanos y en particular a los jóvenes para seguir exprimiendo recursos a pesar de la crisis económica que generaron por su pésimo manejo desde el gobierno.
Por supuesto, es importante que el Estado tenga presupuesto, que los ciudadanos y las empresas paguen lo justo, pero es inaceptable que desde el grupo oficialista en el Poder Legislativo actúen como empleados del presidente. Quieren saquear a los trabajadores mexicanos para después derrochar este dinero en mega proyectos inservibles y programas asistencialistas con fines electorales que son nidos de corrupción.
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En Estados Unidos y Europa se invirtieron millones para apoyar a los negocios que sufrieron la crisis del coronavirus, en Latinoamérica se condonaron impuestos a los que más lo necesitaban, pero nuestro gobierno no hizo nada.
Abandonaron a los ciudadanos a que padecieran durante meses lo peor de la crisis económica y los datos son claros, pues 2020 cerró con una caída de 8.5% del Producto Interno Bruto y perdimos alrededor de un millón de empleos.
En Acción Nacional estamos conscientes de la catástrofe que provocó este gobierno y proponemos facilitar la donación a las organizaciones civiles, que se pueda deducir impuestos por gastos en educación, dar estímulos fiscales para restaurantes e incentivos para contratar a jóvenes y mujeres que entran a la fuerza laboral.
La ley que ahora se debe discutir en el Senado es un insulto para todos los mexicanos después de años de dificultades, confío en que prevalecerá la autonomía de los legisladores (así sea) y que no permitirán el terrorismo fiscal desde el gobierno hacia los mexicanos. Estaremos atentos a lo que ocurra en el Senado esta semana porque solo ahí se podrá detener este terrorismo. Al tiempo…
DETALLES. Nuestras niñas, niños y adolescentes con cáncer siguen sin medicamentos. Los diputados del PAN seguiremos insistiendo de cara a la discusión del presupuesto. Increíble que de esto se haga debate cuando el Estado debiera garantizar el derecho a la salud.