Una de las decisiones más acertadas que tomó el presidente de la República, una vez que se consultó a la ciudadanía respecto a la construcción de un nuevo aeropuerto para dar servicio desde el Valle de México, sin duda fue aprovechar las instalaciones que ya operan en la base militar de Santa Lucía en el Estado de México.
En lugar del fastuoso y costosísimo el aeropuerto que estaba en proceso en Texcoco, Estado de México, el gobierno federal determinó constituir una red aeroportuaria compuesta por tres campos, el Benito Juárez, el de Toluca y el de Santa Lucía que en su expresión civil lleva el nombre de Felipe Ángeles. En ese sentido, el proyecto y las obras correspondientes a este último se le encomendaron al Ejército mexicano.
Ello también fue una decisión conveniente que permitirá terminar en tiempo y forma y poner en operación el puerto aéreo Felipe Ángeles. Su gran capacidad técnica, su incuestionable disciplina, su probado profesionalismo y probidad son factores fundamentales para que la obra en su conjunto sea concluido e inaugurado el próximo 21 de marzo, como lo instruyó el Jefe del Ejecutivo Federal.
México podrá contar con un aeropuerto moderno y funcional para atender a los viajeros nacionales e internacionales que contribuirá a mejorar la conectividad aérea del país al sumarse a la red de los otros dos campos que ya están en funcionamiento, pero que el de la Ciudad de México se encuentra saturado y el de Toluca que en la actualidad prácticamente solo da servicio a transportes privados.
La labor que está realizando el Ejército es encomiable y de nuevo se demostrará que de manera ordenada y honesta se logrará la meta de construir y operar el aeropuerto Felipe Ángeles conforme a los planes establecidos. Por todo ello, debemos tener plena confianza que muy pronto estaremos celebrando la inauguración de una de las obras más importantes de esta administración.