En México estamos atravesando por una severa crisis de inversión de la cual casi no se habla pero que afecta la capacidad productiva y nuestra competitividad frente al mundo.
El destinar capital para construir infraestructura o abrir negocios posibilita el crecimiento generando más empleos y mejor pagados. Esto puede ocurrir desde el gobierno en forma de obra pública o en el sector privado con las empresas de emprendedores y empresarios.
Lamentablemente, este dinero que es tan necesario para el desarrollo de México no se está utilizando para mejorar la calidad de vida. Actualmente, la inversión fija bruta está 12% por debajo de los niveles de 2018 según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI).
Además, en 2020 más de 250 mil millones de pesos abandonaron el país por la incertidumbre. A esto se le suma la cifra histórica de más de 290 mil millones de pesos que los inversionistas retiraron durante 2021.
El capital privado se va de nuestro país y deja de haber generación de empleos, mientras tanto, el gobierno desperdicia el presupuesto nacional. En el gasto federal para el 2022 únicamente uno de cada diez pesos del gobierno se va a utilizar en proyectos de infraestructura como carreteras y transporte. El resto se va a proyectos clientelares, aportaciones a los estados y obras que son caprichos del presidente que no alimentan más que a su ego.
Lo cierto es que este presidente se esfuerza por generar más incertidumbre e inestabilidad con la intención de ahuyentar a los inversionistas, desde las empresas más grandes, hasta los negocios familiares.
Empezando por la desastrosa y carísima cancelación del aeropuerto de Texcoco, la insistencia en seguir desperdiciando dinero en Pemex, empresa mantenida por el Estado que pierde más de 300 millones de pesos al día, además de la imposición partidaria de la nueva gobernadora del Banco de México, demuestra que el gobierno actual no es capaz de manejar las finanzas del país y ya no digamos la burla del avión presidencial.
En pocas palabras este presidente está a la cabeza de una de las peores descomposiciones financieras y sus declaraciones mañaneras no hacen más que seguir empeorando la crisis para todas las familias mexicanas que sí se esfuerzan todos los días por trabajar y salir adelante.
Las señales políticas y las declaraciones políticas sí importan y tienen consecuencias directas en la economía que se traducen en mayor bienestar para los mexicanos. Intentar gobernar con caprichos y terquedades no beneficia a nadie. La incertidumbre y la inestabilidad no generan el ambiente de estabilidad en el cual todos puedan tener acceso a un empleo bien pagado.
Las oportunidades son muchas pero los riesgos también son altísimos si no se toma con seriedad el problema de inversión que hoy enfrentamos. Nuestro país salió del top 15 de las grandes economías, el retroceso es evidente y en el día a día nuestra economía lo siente y lo reciente tambien.
DETALLES. Estemos atentos a la participación de el gobierno mexicano en la ceremonia de investidura del DICTADOR de Nicaragua quien fue “reelecto” en “comicios” que no han sido reconocidos por la comunidad internacional. Durante el periodo electoral se registraron 159 detenciones de opositores incluidos los demás candidatos a la presidencia. El gobierno NO DEBE AVALAR DICTADURAS. Al tiempo