Desde mi consideración, la inseguridad en nuestro país, no solo en los destinos turísticos que mayor percepción tienen y que son: Zacatecas, Cuernavaca, Cancún, Puebla, Los Cabos y Villahermosa, sino en el territorio nacional en general, constituye uno de los problemas que más impacto tiene en la ciudadanía por el aumento de los delitos y de los más complejos y difíciles de resolver, por constituir México una ruta de transportación de drogas proveniente de países del centro y sur del continente con destino al país del norte.
De acuerdo con una encuesta realizada por el INEGI, 69.1% de las mujeres y 58.8% de hombres en México perciben que vivir en su ciudad es inseguro; no existe un día en que no se cometan delitos y la violencia crece considerablemente. Sin duda, la inseguridad que vivimos en nuestro país, también tiene efectos paralelos negativos, particularmente, por el tema que nos ocupa, en el sector turístico, dado que disminuye la visita a México de turistas de otros países, cuando menos, en el corto plazo.
Seguiré insistiendo que la seguridad pública de las y los mexicanos, es un derecho humano y fundamental reconocido en nuestra Constitución Federal, y que, por mandato de ésta, las autoridades correspondientes están obligadas a protegerlo, promoverlo y garantizarlo, mediante la implementación de políticas públicas eficientes y eficaces, es necesario que las estructuras de seguridad, inteligencia y justicia hagan replanteamientos en sus estrategias e implementen otras que tengan como finalidad la disminución de la delincuencia; que no quede duda que desde en Senado de la República estamos trabajando para llevar a cabo las reformas que se requieran para enfrentar esta problemática.
“El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan, pero dejan matar”. José Ortega y Gasset.