“La guerra es un lugar en donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian”. Erich Hartmann.
Sin duda, el mundo vive momentos difíciles, el estallamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania es, por demás, lamentable, porque, con independencia de las múltiples repercusiones que en distintos ámbitos está teniendo, la pérdida de vidas humanas ocasionadas por la “guerra” es reprobable y de ninguna manera justificable; precisamente, al término de la segunda guerra mundial, surge la ONU, para evitar que nuevos conflictos armados se produjeran en los años siguientes, así como para mantener la paz y la seguridad internacionales, lo cual, hoy queda en entre dicho, pues uno de los países involucrados integran, como miembro permanente, el Consejo de Seguridad.
Nuestro país, no puede estar exento de las repercusiones que está provocando el conflicto armado que nos ocupa, en lo económico, político, social y cultural; establecer si estamos protegidos o no, es una respuesta que estaremos viviendo las y los mexicanos en estos días, semanas y yo no lo espero así, pero podría hablarse de meses.
Al respecto, el titular del ejecutivo federal, señaló que se cuenta con un plan para mitigar los estragos económicos del conflicto, para que el gas y la energía eléctrica no aumenten su precio y que, respecto a la gasolina, existe configurado un apoyo gubernamental al recurso (IEPS), de modo que, aunque aumente el precio de importación o del petróleo crudo, que eso no se traslade a los consumidores, que no aumente por encima de la inflación.
Sin embargo, las repercusiones también alcanzarán el aumento de la inflación y el tipo de cambio del peso mexicano y, consecuentemente, los bolsillos de las y los mexicanos se verán afectados.