Hace unos meses se dio a conocer el informe de Freedom House, 2021 respecto de la clasificación de 195 países del mundo en base a la calidad de su democracia, midiendo principalmente el ejercicio ciudadano de los derechos políticos y de las libertades individuales, a pesar de los que se piensa en el mundo si bien la mayoría de los países 83 se clasifican como libres, por tener sistemas de respeto a las libertades y derechos, existen 56 en donde se dice que son parcialmente libres y 56 en donde no existen las libertades, dentro de estos últimos encabezan la lista Rusia, China, Venezuela y Cuba.
Llama la atención el informe sobre las dos más grandes democracias; la de Estados Unidos y la India, que si bien viven como países libres esto podría estarse deteriorando de forma paulatina, en el primer caso por las acciones y discursos de Donald Trump en contra de las instituciones y en el segundo por la cercanía de su primer ministro con China, lo que existe en los países que no tienen su democracia consolidada es una recesión democrática es decir un déficit en sus indicadores de respeto a las libertades individuales y a sus instituciones.
México a pesar de los esfuerzos por consolidar su sistema democrático desde hace 30 años, se encuentra de acuerdo con este informe clasificado dentro de los países parcialmente libres con 60 puntos, 27 en respeto a derechos y 33 en respeto a libertades, muy debajo de la clasificación de nuestros socios comerciales 94 de Canadá y 83 de Estados Unidos.
Preocupa que esta clasificación sirva para dar confianza a los inversionistas y a los organismos financieros internacionales, en la región estamos muy cerca de Colombia que tiene 64 puntos, de Bolivia que tiene 66, pero lejos de Argentina que tiene 84, Brasil 73 y de Chile que tiene 94, podemos decir que a pesar de que nuestro sistema electoral es reconocido en el mundo, el andamiaje jurídico institucional para proteger los derechos políticos y libertades no está funcionando bien, ejemplo de ello son las muertes de los periodistas y candidatas y candidatos, el ataque a las instituciones constitucionales, así como el uso de la justicia para fines políticos.
En este contexto las instituciones democráticas constitucionales, cobran la mayor relevancia, tanto las de defensa de derechos humanos, procuración e impartición de justicia como las especializadas en la defensa de derechos políticos como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se convierten en punto de referencia para estas clasificaciones mundiales.
A pesar de lo que se piensa el golpear a las instituciones tiene sus costos económicos y sociales, México es parte del concierto internacional y los ojos del mundo no son ajenos a nuestro contexto, la recesión democrática no solamente implica nulo crecimiento de libertades y sistemas para garantizarlas, sino una falta de estrategia y un retroceso en lo que se había alcanzado.