Los tiempos cambiaron, empujando a los robustos sistemas políticos tradicionales de México y el mundo hacia una nueva recomposición política, económica y social. El profundo distanciamiento entre la clase política y las reales preocupaciones de la ciudadanía son palpables dentro de las severas corrientes sociales que, hacen notar un cambio de discurso y un urgente cambio del quehacer y hacer política en nuestro país.
La descentralización del poder, la privatización o el temor hacia la globalización son temas importantes, pero que han quedado rebasados para dejar al descubierto cuestiones que no han sido tomadas en cuenta con seriedad como es la desigualdad, la violencia de género, el crimen organizado, la destrucción del medio ambiente, los nuevos pobres en México y el mundo y la falta de resultados en los gobiernos muestran un desencanto lamentable en las sociedades.
Nuestra época tiene una nueva dimensión que no ha sido comprendida por las fuerzas tradicionales políticas. Esa es la verdad que oxida los cimientos institucionales con un descuido que se paga con un pronunciado descrédito. Porque en el centro de la discusión, la participación ciudadana demanda el papel principal de la mano de una clara rendición de cuentas y una efectiva comunicación de ideas, y acciones reales que los partidos políticos no han sabido capitalizar.
Muy lejos se encuentran los discursos unidireccionales e ignorar esta verdad hace rechinar nuestro modelo político-social. Los partidos políticos deben escuchar a la sociedad hoy más que nunca y estar a la altura en la selección de candidatos interesantes para los puestos de representación popular, dejando de lado la imposición de la que está harta y decirlo con total claridad esta esta la madre la sociedad de la falta de propuestas y el golpeteo permanente de la clase política sin ningún resultado tangible a la sociedad.
El mundo ya cambió, México cambio y la atención la tiene el individuo que en su conjunto se proyecta hacia la colectividad con voces nuevas a las que no se ha sabido escuchar y mucho menos atender y estas ya no esperan, más bien toman y buscan nuevas opciones para poder buscando construir una mejor opción en la que se deben sentir representados.
Con esa dinámica llega una generación de presidentes jóvenes en el mundo. Giacomo Simoncini en San Marino; Gabriel Boric Font, Chile; Sanna Marín, Finlandia; Vjosa Osmani-Sadriu, Kosovo; Raku Garibashvili, Gerorgia, y Nayib Bukele, El Salvador son el resultado de un cambio de paradigma a nivel mundial dentro de las estructuras de poder.
Será la avanzada ciudadana la que tendrá peso en las próximas decisiones gubernamentales en nuestro país y no los caprichos de unos pocos que buscan satisfacer sus propios intereses particulares, pues la delicada línea entre un líder ciudadano y el populismo se nota.
En México, la responsabilidad de presentarse como opciones reales de gobierno recae en los partidos políticos, pero serán aquellos que se acerquen con humildad y escuchando las necesidades de la gente quienes verdaderamente lograrán conectar y construir su electorado.
No queda tiempo tiempo, las elecciones del año 22 y 24 ya están a la vuelta de la esquina y la verdadera oposición debe tomar de la mano a nuestra sociedad las opciones necesarias para ver el surgimiento de una nueva y urgente clase política un recomido de fuerzas políticas, sociales y económicas que impacte con fuerza a nuestro país al que tanto se le debe y poco se le cumple.
El reto ahí esta y diversos actores políticos, empresariales, líderes de opinión, académicos, intelectuales, maestros, jóvenes, mujeres importantes a nivel nacional buscaran en el corto plazo una verdadera opción y oportunidad en política, hacer y construir política, ser una oposición real en el país. Al tiempo…