“Es un lugar muy bonito, donde venimos todas por situaciones de violencia, el ambiente es muy tranquilo, después de dos meses recuperé a mis hijos”, dijo Raquel de 28 años, quien vive uno de los refugios que apoyan a la mujeres que huyen de la violencia intrafamiliar.
Hasta ahora más de 10 mil mujeres que viven en algunos de los refugios que hay en el país, en donde salvaguardan su vida y la de sus hijos, siguen a la espera de que el gobierno federal les entregue los recursos destinados en el Presupuesto 2022 y que asciende a los 420 millones de pesos.
Estos recursos son para la operación de los refugios en donde habitan más de tres mil 800 familias de entre dos y tres integrantes. Negarles el recurso federal, es negarles su derecho a vivir en paz y sin violencia.
La Red Nacional de Refugios ha señalado que son ya casi cinco meses en que los recursos designados no son entregados, aun cuando los centros de apoyo tengan en orden su documentación y cumplan con los requisitos establecidos.
Es por demás sabido que desde que comenzó la pandemia de Covid-19, la violencia intrafamiliar ha registrado un incrementó como nunca antes, en consecuencia, las solicitudes de ayuda en los refugios de mujeres tuvieron una demanda.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), demuestran que de 2015 hasta enero de 2022, hay cinco millones de víctimas por violencia familiar, siendo el 2021 el año en que más denuncias formales se dieron 253 mil 736, tan solo en enero de este año iban ya 17 mil 389 casos.
En 2021 se contabilizaron 690 mil 295 llamadas de emergencia por violencia familiar. En enero pasado sumaron 46 mil 538 pedidos de auxilio al 911.
Ante estos datos, seguir deteniendo los recursos federales a los refugios de mujeres es una aberración. Estamos hablando de vidas de mujeres, niñas y niños que huyeron no solo de la violencia física, emocional, sexual, sino también de la económica, como para que ahora el gobierno sea quien la ejerza.
Dicen bien la Red Nacional de Refugios, “no se puede esperar a que los refugios cierren sus puertas para que el gobierno asuma la crisis en las que se encuentran”, cerrar las puertas de estos centros, es cerrales la oportunidad de vivir a miles de mujeres.
Es inadmisible la indiferencia que este gobierno ha mostrado hacia la mujeres, su desdén a sus demandas, la falta de escucha a sus exigencias y la cerrazón al diálogo.
Por todo lo anterior, me uno y alzo la voz con las mujeres que viven en estos espacios para exigir la entrega inmediata de los recursos federales presupuestados, que no son una dádiva, son un derecho.
¡Urge su liberación ya!