La última década ha sido un periodo altamente violento en nuestro territorio nacional, en donde las pérdidas de vidas por homicidios dolosos no paran de incrementar y nos tienen sumidos en una profunda crisis de seguridad en nuestra sociedad. Mes tras mes vemos los índices de inseguridad y los delitos de alto impacto subir en distintas zonas de nuestro país y no así los ajustes a la estrategia de seguridad.
Un estudio del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indica que al mes de mayo, se estaba a punto de alcanzar la cifra de 120,000 homicidios y feminicidios en el territorio nacional durante lo que va de la administración actual, lo cual nos hace suponer que este sexenio se alcanzará una cifra superior a la del sexenio anterior, en el que se contabilizaron 120,341 homicidios y feminicidios con aun más de dos años por delante.
Igualmente se contabiliza que, bajo la estrategia del ejecutivo, se acumulan ya 21 días con 100 o más asesinatos en 24 horas. Un terrible registro que afecta directamente a las familias mexicanas. El presidente López Obrador ha reconocido públicamente que lo que mas les ha costado es disminuir la cifra de homicidios. Reconocerlo es un primer paso, pero sin acciones concretas estos difícilmente disminuirán.
Estamos en presencia de lo que será el sexenio con mas muertes en la historia moderna de nuestro país, la única manera de revertir este problema es con un cambio de estrategia en la materia, lo que difícilmente se podrá ver en los siguientes dos años. Pero también estamos en momento de reconocer que la estrategia de seguridad actual ha sido un rotundo fracaso, las cifras oficiales lo confirman y no logramos ver la prioridad para la atención del tema.
Definitivamente hay forma de revertir las cifras de homicidios dolosos en el país y la administración actual tiene la oportunidad de sentar las bases para una nueva y exitosa estrategia de seguridad, porque la actual esta vencida y ha fracasado. La seguridad debe ser tratada con la más alta prioridad en nuestro país y fuera de cualquier perspectiva política. Los mexicanos deben contar con las plenas Garantías Individuales que nuestra constitución reconoce.