El gobierno federal nuevamente se equivoca al anteponer los caprichos presidenciales y no cumplir con la ley y las determinaciones del Poder Judicial. La devastación provocada con la construcción del tramo 5 del Tren Maya es lastimosa, ya que ha implicado la tala de miles de árboles, afectando la flora, la fauna y ha arrasado con nuestro legado cultural e histórico.
Basta recordar que, se concedió una suspensión para detener esta obra, a efecto de no generar daños irreversibles al medio ambiente y al patrimonio arqueológico. Esta decisión judicial sigue vigente, sin embargo, violando flagrantemente la ley, el gobierno federal continúa con los trabajos.
Autoritariamente, el Consejo de Seguridad Nacional, encabezado por el Presidente López Obrador, declaró al Tren Maya como obra de “seguridad nacional”.
Es una terrible simulación, ya que intentan hacer creer que es un tema de soberanía, cuando en realidad es un tema de ilegalidad. Evidentemente la obra es de naturaleza turística, pero le han dado esta calificación para burlarse del Poder Judicial y así, incumplir con la normatividad ambiental correspondiente.
Además, este Consejo acordó que las Secretarías de Gobernación y de Seguridad y Protección Ciudadana, serán las encargadas de la obra, así como el manejo de los recursos respectivos, es decir, habrá más opacidad.
El tramo 5 ya ha incrementado su costo un 92 por ciento, pasó de 31 mil a 59 mil millones de pesos. La empresa ganadora de la licitación para la construcción del Tramo 5, tendrá que ser indemnizada con al menos, 5 mil millones de pesos por la rescisión del contrato. Claramente, esto se pagará con el dinero de los mexicanos.
La visita, este fin de semana, del Presidente López Obrador, a la construcción del Tren Maya debió ser para cumplir la ley y detener la obra. Lamentablemente no fue así. Y con sus acciones, fomenta el desacato a una orden judicial y confronta a las instituciones y a las organizaciones.
El titular del Ejecutivo federal ha dejado claro que pretende estar por encima de la ley con tal de cumplir con sus caprichos. Lamentablemente, en perjuicio del pueblo de México.