Opinión

¿Puedes controlar tu lado oscuro?

Las relaciones humanas (incluidas las relaciones de pareja) son sumamente complejas

Las relaciones humanas (incluidas las relaciones de pareja) son sumamente complejas. Vincularnos con nuestros semejantes requiere de habilidades emocionales muy específicas que no cualquiera posee y, en caso de contar con ellas, lo cierto es que no las tenemos muy desarrolladas.

Por eso, en el día a día es muy importante tratar de entender lo que motiva a las personas a actuar como lo hacen y también cuáles son los ingredientes que, como si fuera una especie de rompecabezas que se conforma con miles de piezas, delinean y perfilan el carácter de la gente con la que convivimos a diario.

Hace poco, conversando con un amigo, éste me reprochaba mi cercanía con otra amistad. Me argumentó algo así como “se nota que no conoces su lado oscuro” y yo le respondí que sí lo conocía y que éste no me parecía tan oscuro. Pero este breve diálogo me hizo reflexionar respecto al tema.

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Obviamente todos los individuos tenemos virtudes y defectos, y cuando nos referimos a nuestro lado oscuro o al lado oscuro de los demás lo primero que debemos entender es que en éste, como en su momento lo acotó Carl Jung, se esconden los instintos más primitivos de nuestro pasado evolutivo y los aspectos rechazados por nuestra mente y consciente y social.

¿Qué significa esto en lenguaje cotidiano? Es simple: Desde nuestra psique individual siempre vamos a tener acumulados varios aspectos negativos de nuestra personalidad y cuando entramos en conflicto o nos molestamos éstos van a tomar el control de nuestras emociones: Ira, rencor, envidia, etcétera. Y estos sentimientos nos van a hacer actuar de forma contraria a como estamos acostumbrados y eso sacará de balance a aquellos que nos conocen.

Y todo esto también tiene mucho que ver con aquello que se nos inculca desde que somos niños, porque es muy común que nuestros padres o nuestros abuelos nos insistan con cuestiones como “no tener malos pensamientos” o “no hacer cosas malas”, porque esto siempre va encaminado a todo aquello que nuestra sociedad nos prohíbe hacer.

Entonces esta censura provoca que los individuos empecemos a reprimir y a adormecer parte de nosotros mismos, lo que deriva en una pérdida de identidad y de integridad. Así las cosas, el llamado “lado oscuro”, termina convirtiéndose en el padre de todas las acciones negativas que emprendemos.


Pero, ¿es posible cambiar nuestro lado oscuro o los aspectos que alimentan nuestro lado oscuro? Definitivamente sí. Sin embargo, tenemos que comprender que no se trata de ninguna enfermedad y que para poder cambiarlo tenemos que comenzar por lo más elemental: Aceptarlo.

Porque cuando nos aceptamos totalmente con nuestra maldad, nuestra envidia, nuestros vicios, nuestros defectos, nuestra antipatía… podemos empezar a implementar mecanismos que alimenten nuestro deseo por mejorar.

Seamos benévolos con nosotros mismos cuando empecemos a observar nuestras fallas, nuestras imperfecciones, nuestras inconsistencias. Dejemos de lado cualquier juicio severo que emitamos hacia nosotros mismos y también hacia los demás.

Todas nuestras sombras nos pertenecen y casi todas están relacionadas con capacidades que nos hemos negado. Los celos, la agresividad, la culpa, la avaricia, la soberbia, la cobardía, se generan desde tu interior y se alimentan de todo lo que asimilas del exterior. Pero si vives de una forma más consciente la luz acabará por imponerse a la oscuridad.

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