Hemos hablado de los enormes beneficios de la lectura, y del poder interno que se va a adquiriendo por medio de este hábito espléndido e indispensable. Una de las habilidades que se recuerdan y se fortalecen es, sin duda, el poder de la imaginación.
Por medio de una lectura sostenida, se activan en el cerebro las conexiones neuronales que estaban muy despiertas cuando éramos niños, lo que es muy necesario para, como adultos, poder reprogramar el cerebro para más y mejores escenarios.
Si, como dijo el físico y genio alemán, Albert Einstein, no es posible solucionar un problema desde el mismo nivel mental en el que fue creado, la capacidad de imaginar otros horizontes es fundamental para poder salir del problema en el que estemos o para subir un escalón.
Por ejemplo, cuando comienza el día y podemos imaginar una perspectiva positiva, alegre y pacífica, esto maximiza enormemente las oportunidades que se nos pueden presentar y es la llave que abre la puerta a la manifestación completa de un sueño.
La lectura de obras de la literatura universal, como libros de ciencia ficción, novelas, cuentos, etc., irá ejercitando nuestra capacidad imaginativa, que puede estar muy adormecida por los miedos, traumas y dudas que tenemos como personas adultas.
Con el poder de imaginar, la mente es capaz de diseñar nuevos proyectos, y de traducir lo que quiere nuestro corazón. La habilidad imaginativa del ser humano, es fundamental para poder salir de una prisión mental pesimista, escéptica y, sobre todo en estos tiempos, sumamente programada.
Con la capacidad de imaginarnos en una realidad diferente a la que no nos gusta, o nos hace daño, podemos ver qué pasos necesitamos tomar para construir lo que deseamos. Conforme vamos fortaleciendo nuestra mente por medio de lecturas que demandan la atención sostenida, la conexión de puntos, y otras destrezas, somos capaces de dirigir nuestros pensamientos hacia lo que queremos, focalizados como un rayo láser.
Esto constituye nuestra más poderosa arma para darle rumbo a nuestras vidas. Con el poder de imaginar podemos mantener el optimismo continuo que, aunque pueda parecer bobo o poco realista, es como encender la llama de una vela que desecha toda oscuridad y contagia a otros, generando un #EfectoPositivo que atraerá buenas oportunidades hacia nosotros.
Detrás de poder llegar a una meta, está siempre la imaginación que logró que proyectáramos lo que queríamos y cómo podíamos alcanzarlo. No hay proyecto, idea, deseo, que no se haya materializado comenzando con el impulso de imaginar.
La imaginación es el lenguaje entre la mente y el corazón, por eso es tan importante que despertemos, ejercitemos y mantengamos esta capacidad. Una persona sin imaginación, es como un cuaderno ya escrito, o un lienzo ya pintado: todo está dado, y, por lo tanto, es muy simple poder decirle qué, cuándo, y cómo hacer las cosas.
Con una imaginación despierta somos seres más auténticos y más libres, pues estaremos guiados por nuestro yo interno, y no por los dictámenes colectivos de cómo ser.
Las creencias, dogmas y programaciones de rebaño que no sirven a nuestro más elevado bien, pueden ser cambiados con el poder de imaginar, más otras capacidades que se fortifican como los músculos, cuando hacemos del hábito de lectura, un gran aliado para toda la vida.