La comparecencia de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana ante el pleno del Senado estuvo marcada por muchas situaciones que vale la pena resaltar.
La señora llegó acompañada de los secretarios de Marina y de la Defensa, así como por el comandante de la Guardia Nacional, quienes, aunque estaban llamados por los senadores de oposición a comparecer y rendir cuentas, solamente fueron de acompañantes, prácticamente como chambelanes de una quinceañera o como guardaespaldas de la misma Rosa Icela, pues no participaron en lo absoluto, fueron simplemente espectadores.
Con tantos temas que abordar de seguridad, la señora Rodríguez solo expuso ante el pleno, y obviamente trato de bailarles un Tap a los senadores, cifras, si no maquilladas presentadas de manera tendenciosa.
Por ejemplo, los homicidios dolosos habían disminuido en un 27% de septiembre 2021 a septiembre 2022, cuando la tasa actual presenta que de agosto de 2022 a septiembre 2022 hubo un incremento del 1% (2,618 en agosto y 2,644 en septiembre). De eso no habló la funcionaria.
Realmente nada de lo que dijo es relevante. Entre sus declaraciones más rescatables, la secretaria dijo: “Sobre las filtraciones, en este gobierno no se esconde nada ni se espía a nadie”, en torno al de Guacamaya a los servidores de la Sedena.
También aseguró que han sido los gobernadores y presidentes municipales quienes han solicitado la presencia de la Guardia Nacional (GN), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Secretaría de Marina (Semar) para el combate al crimen. “Militarización es que los militares gobiernen, en el caso de México tenemos un gobierno civil”.
También aseguró que “los militares mexicanos no tienen vocación bélica sino de apoyo a la población”. Con estas afirmaciones, la secretaria deja en claro que lo único que fue evitar que fueran abordados los titulares de Defensa y Marina. Solo fue a contener, ya que su función ha sido meramente contemplativa.
Las declaraciones de los senadores acerca de la militarización y el uso del sistema Pegasus para espiar, por parte de las fuerzas armadas, desprendidas de los Guacamayas Leaks, fueron diversas, como las siguientes: “Ahora que están obligados a hablar, callarán. Callarán general, callarán en forma tramposa”, “El problema no son las Fuerzas Armadas, es la falta de estrategia de seguridad”.
Sobre esto, Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano (MC), aseguró que en su bancada tienen un profundo respeto por las Fuerzas Armadas, pero que “eso no exime que seamos severos en el juicio que queremos hacer”.
Su principal crítica fue hacia la falta de un estrategia para que los militares salgan de sus cuarteles para fortalecer las labores de las policías municipales y estatales.…Y remató: “¿hasta cuándo vamos a reconocer que la estrategia falló?”.
También varios legisladores de oposición urgieron a los titulares de las Fuerzas Armadas a comparecer ante el Senado. Expusieron su interés en que se esclarezcan temas de seguridad nacional, como la desaparición de dos elementos de la Semar, asignados de manera irregular para escoltar a un senador de Morena.
Hubo también discursos de gran sensibilidad y emotividad por parte de los opositores (obvio nada cómodos para la 4T), particularmente echándole en cara al titular de la Sedena sus intromisiones en asuntos políticos del país, que legalmente están impedidos.
En síntesis, un servidor coincide en que los referidos secretarios deben estar en el Senado de la República para responder preguntas. Y en respuesta a la afirmación de la secretaria de Seguridad, de que eran los propios gobernadores y alcaldes quienes solicitaban la presencia de la GN en sus estados y municipios, también coincido que, no por eso, considero que hace falta la militarización, sino que para eso es la GN, para actuar en todo lo ancho y largo del territorio nacional, para defender a los ciudadanos de las acciones del crimen organizado.
Pero no es de extrañarnos que el gabinete del presidente, que debería de trabajar para la ciudadanía, se comporte como dirigente del partido Morena. Esto es profunda fidelidad, no al pueblo de México sino al Presidente.
Tal y como lo ha venido señalando el senador Dante Delgado, quien advierte una degradación del secretario de Gobernación, debido a sus recientes ataques a los gobernadores de Jalisco y Nuevo León, ambos de MC, cuando después de haber sido conciliador, en su fase inicial como secretario de Gobernación, ha cambiado su discurso, precisamente cuando el presidente lo hizo aparecer como una “corcholata”.