Opinión

Breve diccionario de una contramarcha

Para leer con: “Animal”, de Agrupación Cariño

Para leer con: “Animal”, de Agrupación Cariño

Los diccionarios mienten. No se saben adaptar al paso del tiempo en un momento en el que resulta imposible hacer una lectura lineal de la realidad.

Por eso, y como cada día es una oportunidad para ver quién es el más picudo, aprendamos a abrir aún más los ojos, replanteando significados y convocando ideas.

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Revancha – Espíritu de rencor con el que se busca nivelar condiciones del pasado mediante la ira y el desquite.

Obsesión – Carrera política en la que se cierran avenidas y se organizan marchas como un acto de desesperación: sea para hacer comprender a un gobierno que está representando una voluntad colectiva, o para mostrar cómo —con recursos públicos y corporativistas— puedo más que ustedes.

Ciudadanía – Último interés en la agenda gubernamental, pero primer concepto a presumir con eufemismos que ni los pueblos ni los sabios aceptarían.

Ocurrencia – Metodología actual que se emplea sistemáticamente para gobernar mediante disparates que van, desde una rifa de un avión a pretender alejar una pandemia con estampitas.


Descalificación - Reacción del estómago que no acepta cabeza cuando una marcha se hace fuera de su potestad política.

Mentira – Instrumento usado hasta el límite para, en la inmediatez, dirigir el discurso a conveniencia. Lo peligroso: que se hereda y se imita sin recato. Lo triste: que a esto se haya devaluado la investidura presidencial.

Resentimiento – Mal gusto que exhibe una profunda desazón enmascarada de aparente indiferencia, que en realidad es miedo y furia por atestiguar que la realidad supera la perturbada idea de convertirse Rey Sol.

Mañanera – El llamado del amor puesto en voz imperial —a veces chacotera; otras sarcástica— y repartido con cálculo propagandista para hacer purgar los pecados de los adversarios.

Berrinche – Advertencia de que alguien se ha quedado sin argumentos para interactuar con sus pares. Una de las formas que desdibujan al ser y lo enfrentan con su dignidad.

Poder – Elíxir que embriaga al más inocente, al grado de levantar promesas que de no cumplir, harían dejar de llamar por su nombre a quien las profiriera. Si hubiera palabra, pues.


Insulto – Recurso que queda cuando la razón y el argumento no alcanzan.

Crítico – Malhechor que pretende acabar con un movimiento prístino y soberano, por lo cual, habrá que exhibirlo y vilipendiarlo.

Popularidad – Única credencial que aparentaba la justificación para portarse como orangután en cristalería.

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Improvisación – Estrategia que tenía absorto al país, hasta que finalmente despertó la ciudadanía con una marcha como libre y legítima expresión de su voluntad.

Descrédito – Cualidad incremental de un ciudadano promedio al atestiguar discursos, iniciativas y comportamientos emanados desde la más alta representación de la voluntad del país.

Gobernados – Rateros, racistas, clasistas, hipócritas, corruptos, deshonestos, ladinos.

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Ego – Única métrica que se utiliza para para gobernar.

Tempestad – Futuro que se avecina al pueblo de México en el que a la cabeza del gobierno no le interesa cumplir su mandato, sino acumular poder y ego a costa de la división y su consecuente regresión.

Pena – Profundo sentimiento que embarga al mexicano al presenciar los arrebatos, insultos y revanchas de un presidente que ha perdido rumbo, crédito y al país.

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