En México todos los días 741 mujeres denunciaron ser víctimas de violencia familiar. Por lo que 2022 es considerado el año más violento para las mujeres dentro de sus casas.
En 2021 más de 253 mil mujeres denunciaron ser víctimas de violencia familiar, para 2022 sumaron más de 270 mil, es decir, más 16 mil mujeres agredidas en su hogar, al que yo le llamaría infierno.
Todo esto de acuerdo a las denuncias contabilizadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNPS), que de sumar las voces de mujeres que no denuncian por miedo, la cifra sería de terror.
Hoy muchas de estas mujeres no solo son sobrevivientes de la violencia familiar, sino también de feminicidios, pues miles de ellas seguramente han visto más de una vez a la muerte de cerca.
Por eso es que son indispensables los refugios para mujeres que sufren violencia. Su existencia salvaguarda la vida de miles de mujeres, de ahí el rechazo a su desapareción o a que se le pretenda recortar el presupuesto público para que sigan operando.
Los refugios son la última guarida a la que acuden miles de mujeres solas o con sus hijos e hijas, quienes también son víctimas de violencia familiar.
La Red Nacional de Refugios señaló que hasta noviembre de 2022 recibieron 141 reportes de intentos de feminicidio. Violencia feminicida, dijo la organización civil, que en muchos casos quedan invisibilizada debido a que son lesiones, violencia familiar, de pareja, homicidio doloso y culposo.
En ese mismo año, la Red rescató a dos mujeres en situación de violencia extrema, y brindó atención integral a mil 511 mujeres que refirieron vivir violencia física, y 141 violencia feminicida.
La importancia de que los refugios cuenten oportunamente con los recursos públicos para su subsistencia no es por molestar al régimen en turno, es porque es el salvavidas de miles de mujeres. Si detenemos la violencia familiar que cada día tiene más caretas, estaremos salvando vidas.
Hoy desde el Senado podemos hacerlo a través de reformas que le cierren el paso a la violencia contra las mujeres, a la impunidad, al machismo, a la misoginíay al patriarcado.
Hay muchas iniciativas en el tintero por aprobar, una de ellas, la que refiere a violencia vicaria. Hago votos para que en el nuevo periodo ordinario que hoy inicia se logren avalar.
Un México sin violencia contra las mujeres es tarea de todas y todos. La violencia familiar, vicaria, física, sexual, económica, psicológica, política, por razones de género, entre otras, no conoce de partidos ni de ideologías, cada vez que un hombre agrede a una mujer no le pregunta con cuál partido simpatiza o por quién votó, simplemente la violenta.