Opinión

Un ramo de rosas no perdona un golpe

La violencia de pareja comienza desde el noviazgo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Se celebró el Día del Amor y la Amistad, los globos de corazón, las rosas rojas, las postales, los chocolates, las canciones dedicadas donde quiera se apreciaban, pero también se replicaba el mensaje del amor propio, ese que debería ser el foco cuando hablamos del amor.

Sin pretender parecer aguafiestas, ayer muchas mujeres fueron agredidas, ya sea física, económica, psicológica, emocional, verbal o sexual, y de esas algunas, 11 perdieron la vida a causa del feminicidio.

La violencia de pareja comienza desde el noviazgo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México 76% de las adolescentes entre 15 y 17 años ha sufrido violencia psicológica, 17% sexual y 15% física.

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Pero no solo eso, las mujeres también sufren violencia digital, esa violencia que las exhibe, por venganza y sin su consentimiento, en redes sociales a través de la publicación de fotos o videos íntimos, lo que llevó a que hoy en el país haya una ley que sanciona estás prácticas conocida como Ley Olimpia.

La violencia hacia nosotras las mujeres está en su punto más alto, el año pasado cada uno de los doce meses registraron más de 200 asesinatos de mujeres. El mes con más asesinatos fue junio al sumar 279 víctimas, colocándose no sólo como el más mortal del 2022, sino como el más violento desde que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) tiene registro, es decir, desde el 2015.

En los 12 meses del 2022 sumaron 3 mil 754 muertes de mujeres, de las cuales sólo 947 fueron considerados feminicidios, el resto se consideró homicidio doloso.

Duele redactar estás cifras porque no se trata de números, son vidas de las que estamos hablando, son mujeres que tenían una vida por delante, sueños, metas, una familia, hijos e hijas.


Por supuesto que hay que celebrar el amor y la amistad, pero también hay recordar que por amor no puedes perder la vida, que no hay amor más grande que el que nos damos a nosotros mismos, seamos hombres o mujeres.

No podemos disfrazar la violencia de amor, porque quien te ama no te violenta, no te lastima, no te ofende, no se burla de ti, no crítica tu cuerpo, no te manipula, ni te obliga hacer cosas que no quieres.

El amor es respeto, es cuidado, es valorar al otro, es honestidad, sinceridad, es arropo, es paz, es lealtad, es amistad, es apoyo, es apreciar lo que eres como persona.

Hay que enseñarles a nuestras hijas e hijos a amarse a ellos primero, es la mejor herencia que podemos dejarles, porque al amarse no permitirán actos violentos en su contra, no serán víctimas ni victimarios.

Erradicamos el machismo a través del amor, rompamos los patrones, eduquemos desde el amor, construyamos una masculinidad diferente, porque un ramo de rosas no perdona un golpe.

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