Absolutamente mediático, completamente político y engañoso en su contenido es el juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, que se lleva a cabo en Estados Unidos y que ha sido ampliamente difundido en nuestro país.
Nadie mete las manos al fuego por quien fuera responsable de la seguridad en nuestro país dos sexenios atrás. Es claro que sí hay información fidedigna y señalamientos puntuales que lo acusan. Sin embargo, uno de los problemas es que estamos ante un espectáculo mediático y no ante un acto de justicia.
El gobierno de los Estados Unidos tendrá sus razones para acusar a un exfuncionario, quien por cierto, les fue muy útil durante años y, según consta, trabajo en colaboración directa en supuesto beneficio de ambas naciones.
El punto es que en México no se persigue la culpabilidad de García Luna, sino continuar con la narrativa de polarización y de señalización a los gobiernos del pasado. De cara a las campañas políticas el juicio es oro molido para señalar y diferenciar la comunicación entre unos y otros.
Garcia Luna podrá ser declarado culpable, sería desastroso para Estados Unidos fallar en el intento de una acusación que resulte fallida. Incluso a pesar de que no hay ninguna prueba clara o contundente de culpabilidad, al menos no en el juicio.
Finalmente, el lamentable trabajo de algunos medios de comunicación, quienes por congratularse con unos o simplemente “vender” la información, dan por buenas una serie de afirmaciones que parecen más una novela de policías que pruebas contundentes. Ganar tráfico a costa de todo, no importa.
El juicio del siglo es más una novela mal contada que un esfuerzo por encontrar justicia, sin embargo, parece ser que “pan y circo” es lo que hoy sigue dando de qué hablar, es lo que hay.