Opinión

Los problemas de Claudia

Más del 50% de los ciudadanos en la capital desaprueba su gestión, eso sumado a las situaciones típicas “atípicas” del metro y los otros grandes problemas que afectan a los capitalinos

Claudia Sheinbaum.
Claudia Sheinbaum.

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Claudia Sheinbaum, no las tiene todas consigo en las últimas semanas. El día de ayer se publicó una encuesta en la que más del 50% de los ciudadanos en la capital desaprueba su gestión, eso sumado a las situaciones típicas “atípicas” del metro y los otros grandes problemas que afectan a los capitalinos.

Lo cierto es que, en percepción de la ciudadanía, las cosas no le están saliendo de la mejor manera, aunque no solo es una percepción, habría que revisar la última elección en la capital y revisar el descalabro más grande de Morena (antes PRD) en la CDMX.

Sin embargo, a la jefa de Gobierno se le puede medir en dos escenarios: en lo nacional y en lo local. La información de las encuestas señala que aún se encuentra bien posicionada de cara a la elección de la corcholata ganadora de Morena para el 2024. El problema para ella es que la no aprobación en la CDMX le puede generar muchos negativos de cara a su futuro político.

La errática campaña del complot en el metro, las culpas a los gobiernos pasados, la falta de grandes resultados y la polarización que utiliza como estrategia de comunicación ha provocado una clara división en la capital del país. Si bien la apuesta de la polarización sigue siendo relativamente retribuida en apoyo, lo cierto es que la CDMX ya no está tan dispuesta a polarizar en vez de recibir mejores resultados.

En ese sentido, el camino para Claudia Sheinbaum se vuelve minado, si bien no parece encontrar otra manera de hacer campaña que no sea la acusación al pasado, la misma polarización sobre quienes no piensan como ella y asumir el complot antes que la falta de mantenimiento y capacitación del Sistema de Transporte Colectivo Metro, la llevan a una narrativa desgastada y sin mucha vitalidad.

Los esfuerzos por ser “simpática y cercana” se sienten tan forzados que entrevistas como la del Escorpión Dorado o Martha Debayle le provocan más daño que beneficio. Nunca ha sido “miss simpatía” y, en ese sentido, insistir en el camino del chiste y la supuesta espontaneidad no es lo suyo, no le reditúa.

A pesar de todo se mantiene arriba de las encuestas, aunque hoy vemos lo que parecía impensable hace unos meses, esa candidatura que antes sentía en la bolsa ya no lo está, no es de a gratis tanta pifia. Hoy nadie puede apostar a que será ella la corcholata de Morena, habrá que esperar.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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