Opinión

Rumbo al 8M: para Cecilia Monzón y las mujeres víctimas de la violencia ácida

Con estas reformas, así como con el impulso de la Ley Olimpia, las mujeres poblanas han dado muestra de su resiliencia

Cada día somos testigos de nuevos y atroces ataques contra las mujeres, pocos son los éxitos que podemos contar en esta lucha contra la violencia infringida contra mujeres, sin embargo, este año vale la pena mirar a Puebla que se convirtió en la primera entidad federativa a nivel nacional en quitar la patria potestad a los feminicidas, así como el primer estado en reconocer las agresiones con sustancias químicas como intento de feminicidio y no como lesiones.

Este 2 de marzo, las y los diputados del Congreso del Estado de Puebla aprobaron reformas al Código Civil y al Código Penal, a fin de establecer la suspensión de la patria potestad cuando el titular sea condenado por el delito de feminicidio, o exista un auto de vinculación a proceso dictado por la misma falta o su tentativa, en contra de la madre de las niñas, niños y adolescentes.

Asimismo, se aprobó por unanimidad el dictamen por el cual se tipifica y sanciona la violencia ácida, con lo que las agresiones con sustancias corrosivas o químicas se califican como tentativa de feminicidio con una pena de hasta 40 años a quien la cometa.

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La “Ley Monzón” y la “Ley Malena” representan la lucha de cientos de mujeres en México. Y deben celebrarse pues contribuyen a visibilizar, reconocer y a erradicar la violencia contra las mujeres y sus hijos e hijas.

Además, es un logro para las mujeres de Puebla, quienes han levantado la voz con un activismo comprometido y valiente, que dignifica y lucha por sus hermanas, madres, amigas y compañeras a las que les han arrebatado la vida o que han sido seriamente lastimadas por la violencia feminicida.

Con estas reformas, así como con el impulso de la Ley Olimpia, las mujeres poblanas han dado muestra de su resiliencia y de su gran capacidad para transformar su dolor en activismo, en lucha, en acompañamiento a otras víctimas y en el impulso de legislación que posibilita mejores condiciones y justicia para las niñas, niños, adolescentes y mujeres.

La violencia en contra de las mujeres debe considerarse un tema prioritario para las sociedades y sus autoridades, pues tiene implicaciones para las víctimas, sus familias y para la comunidad en su conjunto: no es un problema solamente de los hogares o un tema “intrafamiliar”, es un problema social y de salud pública que vulnera los derechos de las víctimas, afecta el bienestar de sus familias y limita el desarrollo de la sociedad en su conjunto.


Rumbo al 8M: Enhorabuena por Puebla y por los esfuerzos que las mujeres activistas empujan en los Congresos locales y en el ámbito federal, a favor de una vida libre de violencia. Refrendemos nuestro compromiso en beneficio de la no violencia contra las mujeres, en cualquiera de sus variantes.

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