Para leer con: “Conscience”, de Antonio Pinto
Los diccionarios mienten. No saben adaptarse al paso del tiempo en un momento en el que resulta imposible hacer una lectura lineal de la realidad.
Por eso, y como cada día es una oportunidad para recuperar al mundo, defendamos el sentido común, replanteando significados y virtudes.
Superficialidad – Condición por la que se juzga con poco o nulo contexto mediante un solo pedazo de información que —por contundente que parezca— nada demuestra.
Coincidencias – El video que está desprestigiando al Dalai Lama data de febrero. Está editado al inicio y al final: no muestra cómo el niño juega con el Dalai Lama ni cómo la mamá ríe y disfruta la reunión. Esto se enmarca en un momento en el que la Administración Biden está subrayando el apoyo a la agenda proTíbet. Y hace una semana, el Dalai Lama dio su apoyo a Jetsun Dhampa, cabeza espiritual en Mongolia, situación que enfureció a China por tener pretensiones de control en la región. https://bit.ly/401VEKQ
Sesgo – Error que se comete al tomar por dada una información que tiene cortes, ediciones u omisiones a propósito o sin él.
Absurdo - ¿Qué puede llevar a pensar que un Premio Nobel acreditado por líderes políticos y científicos en todo el mundo sea tan estúpido como para evidenciar una presunta pedofilia en público y por primera vez en su carrera y vida?
Síndrome del coliseo – Emocionalidad fúrica con la que se reacciona para ver circo y escarnio.
Hecho – Acción factual que se considera libre de subjetividad. En el corte del video viralizado no se aprecia otra cosa que un adulto mayor jugando con un niño. En la versión completa del clip no queda duda de esto, con la mamá emocionada por el encuentro. La entrevista posterior al niño, en la que se esperaban declaraciones de dolor o agravio, dice: “Fue una gran experiencia. No puedo expresar con palabras lo bendecido que uno se siente cuando estás cerca de él, especialmente si puedes abrazarlo. Verlo así de cerca es una bendición. Él tiene una inmensa energía positiva y para mí fue una muy buena experiencia.” Aquí las palabras del niño y de la madre: https://bit.ly/3og71kX
Madurez – Capacidad del ser humano para ponderar los actos de una persona por lo que es —y ha demostrado durante 87 años— y no por unos segundos de un video editado.
Criterio – Proceso personal en el que se forma una opinión con más de una fuente de información y sin sesgos culturales, políticos o de cualquier índole, en beneficio del propio sistema de conocimiento.
Prejuicio – Señalamiento y evaluación conceptual que se lleva a cabo sin la información ni las referencias suficientes para cubrir cabalmente un hecho.
Perspectiva – Responsabilidad y derecho que tiene una audiencia para digerir, investigar y ubicar en su justa dimensión un contenido —por incendiario o escandaloso que este resulte en un inicio—.
Manipulación – Uso doloso de fragmentos aislados de información para generar opinión pública en contra de alguien o algo mediante sesgos y una intención encubierta.
Contexto – Lo que se ve en el video es inaceptable en términos morales, pero solo para los ojos occidentales. Un aplauso en Tíbet rural por parte de una multitud —por ejemplo— no es signo de apreciación ni ovación, sino de abucheo. Lo que de este lado del mundo vemos como una mentada de madre, allá se trata de una cariñosa señal de bienvenida. Es más fácil juzgar y linchar que investigar y comprender.
Trampa – El representante del pueblo tibetano ha sido constantemente puesto a prueba con puertas falsas y escándalos de diversa índole por la razón de que no es una figura cómoda para las intenciones expansionistas de China. No es un secreto, la propia invasión al Tíbet generó el exilio por el cual el Dalai Lama vive en India en la actualidad. Aquí la historia: https://bit.ly/3KW55qU
Intachable – Condición que el Dalai Lama ha tenido por más de 80 años, luego de haber dedicado su vida —desde la adolescencia— a conducir a un pueblo al exilio y a liderar una resistencia pacífica contra muy diversos embates de descrédito como este.
Oportunismo – Ocasión propicia para que un interés político añejo retome un evento abierto a ser interpretado con malicia —y en el que nada se prueba ni es concluyente— con el fin de descalificar un movimiento legítimo y a un líder que lleva aguantando un yugo incansable por más de 70 años. Aquí el contexto del conflicto: https://bit.ly/3KW55qU
Redes sociales – Espacio en el que se puede ventilar lo que sea y con la motivación más pura u oscura y en donde difícilmente habrá responsabilidad.
Abuso infantil – Parafilia y condición enferma de una persona que obtiene placer sexual con niños. En ninguna parte del video por el que surgió el escándalo existe una condición para acusar de abuso a alguien. Aquí el clip completo: https://bit.ly/3zVYEO3
Frontera cultural – Realidad que vuelve interpretables a los actos que tienen significados diferentes en latitudes distantes, producto de su historia, cultura y referentes nacionales.
Confusión – Estado en el que uno carece de comprensión. La edición del clip que circula no muestra que es el niño quien se acerca y solicita al Dalai Lama un abrazo. Su madre se sonroja y no deja de sonreír, pero para explicar esta situación al Dalai Lama, es necesario que dos personas diferentes se acerquen y le expliquen al oído la solicitud del abrazo.
Injusticia – Pretender linchar a quien toda su vida ha demostrado una defensa por los derechos y los más altos valores humanos desde el frente pacífico, por un clip viral de no más de dos minutos.
Omisión – Falta. A propósito y con propósito, tal vez. La edición que ronda las redes corta abruptamente lo que sigue a la escena en la que el Dalai Lama saca la lengua. No muestra un sentido abrazo de los dos ni el consejo de vida que el Dalai Lama comparte al niño, quien se ríe luego de que el maestro le hace cosquillas. Es decir: ¡juegan! Lo puedes ver a partir del minuto 15:15 aquí: https://bit.ly/3UHaLs8
Chupa mi lengua – Se trata en realidad de la frase tibetana “Che La Sa”, que significa “cómete mi lengua”. Es un refrán tibetano que se enuncia luego de que un abuelo da un beso “de piquito” y obsequia un caramelo a un niño. Una vez que se lo acaba se suele decir “Che La Sa” (“come mi lengua”: es cierto, no “chupa”: el Dalai Lama se expresó mal y lo más probable es que sea resultado de su mal inglés). Esto lo dicen con el significado siguiente: “Te he dado todo mi amor y los caramelos, así que lo único que queda por hacer es: “Cómete mi lengua”. Se trata —en efecto— de una costumbre lúdica que los niños y abuelos en Tíbet conocen.