La expropiación que el gobierno federal hizo a las vías ferroviarias que corren de Medias Aguas a Coatzacoalcos, de Hibueras a Minatitlán y de El Chapo a Coatzacoalcos, es un manotazo a la inversión.
Que el gobierno haya expropiado vías ferroviarias es una muestra clara del autorismo con el que esté régimen se maneja. No importa si esa decisión genera desconfianza para invertir en México, lo verdaderamente relevante, es que las cosas se hagan como el presidente lo quiere.
Es indispensable brindar certeza jurídica a las y los empresarios mexicanos y extranjeros, así como garantizar que no por medio de un decreto se vean afectados los involucrados.
No es con manotazos como se logra el equilibrio entre lo público y lo privado, sino con diálogo, comunicación y acuerdos, aquí el único beneficiado debe ser México y sus ciudadanos.
Cuando en política se deja de lado el diálogo y la negociación por la imposición, aparece la incertidumbre y el temor, provocando un quiebre que podría no tener retorno.
No es con la fuerza como se logra obtener ganacias, no es con manotazos como se llegan a acuerdos, no es usando el poder del Estado como se gana una partida, hacerlo de esa forma solo lleva a una inestabilidad, en esté caso, económica.
Este gobierno no ha disimulado su desprecio por las inversiones nacionales y extranjeras, allí está el caso de Constellation Brands y de Tesla en Nuevo León, que si bien invertirán en México, la negativa del régimen por su llegada al país era por todos sabida.
Coincido con los empresarios al señalar que es necesario mantener el diálogo y la certeza jurídica entre la iniciativa privada y el gobierno, ya que solo así se puede mantener un buen ritmo de inversiones, empleos y crecimiento.
El desarrollo económico de México es tarea de todas y todos, del sector público y del privado, solo juntos se podrán cubrir las exigencias que las y los mexicanos nos hacen, una de ellas, la generación de empleos bien remunerados.
Por supuesto que estás inversiones deben cumplir con las reglas de competencia, del cuidado con el medio ambiente, del bienestar social y económico, y con las normas que nuestra Constitución establece; además, de ofrecer salarios dignos que permitan al trabajador, no solo cubrir sus necesidades básicas, sino tener calidad de vida para las suyos.
Dar manotazos para demostrar quien manda, es una práctica de los gobiernos autoritarios, México no necesita de estás prácticas, el país lo que requiere son inversiones, certeza jurídica y diálogo.