Por Beate Heimes
Timéo, Critias, Sócrates y Hermógrates estuvieron muy entretenidos platicando una historia que en el entonces ya tenía más de 9 mil años. Hablaban de un lugar y de una cultura muy avanzada que parecía un Mundo ideal, una utopía vuelta realidad. O casi, porque su fin marcó un inciso en la historia de la humanidad que aún hoy puede ser atestiguado por profundidades geológicas en toda nuestra Tierra.
Este Mundo ideal fue constituido por hombres y mujeres justos, entendidos, conscientes de la Naturaleza y de sus riquezas. Cuidando en todo momento que no ocurriera abuso de poder, toma de territorios o violencia contra los más vulnerables.
Se da el caso que cuando “cuando la esencia divina se fue aminorando por la mezcla continua con la naturaleza mortal; cuando la humanidad la superó en mucho; entonces, impotentes para soportar la prosperidad presente, degeneraron…” y los que no eran capaces de ver lo que constituye verdaderamente la vida dichosa, creyeron que habían llegado a la cima de la virtud y de la felicidad, cuando estaban dominados por una loca pasión, la de aumentar sus riquezas y su poder.” (Critias o la Atlántida)
No pretendo encontrar la cura de esta loca pasión, que a todas luces parece ser una pulsión a la repetición, quizá generado por un evento o una experiencia muy dolorosa, en los inicios de la humanidad misma, quedando como huellas mnémicas que buscan salir de repente. Recordar, repetir y reelaborar podrían ser actividades o un camino para la conscientización teniendo posibilidades de hacer un cambio estructural en nuestra forma de vivir.
El poder de aprendizaje, inteligencia, empatía y nuestra multidimensionalidad hacen de la vida humana una constructiva aventura que podemos dirigir conscientemente a encontrar el equilibrio entre todo lo que se nos ha encomendado, comenzando con la búsqueda de equilibrio en y de nosotros mismos como individuo.
La avaricia y el abuso de poder provocaron la desaparición de la “Atlántida”, llevaron al diluvio mundial y a un “reset” de la humanidad. Me parece importante subrayar el paralelismo que vivimos hoy en día. Me hago preguntas: ¿Qué tal si intentamos encontrar la manera de sanar nuestra casa con acciones pequeñas? ¿Quizá podemos hablar con nuestros amigos y poner luz a situaciones que nos preocupan? ¿Por qué no nos juntamos para limpiar las orillas de un rio? La acción en comunidad tiene efecto y sentido.
Todos tenemos necesidades diferentes, pero solo una casa: Nuestra Tierra.
“El propósito en C7 Sembrando Futuro es el de abrir caminos para restaurar el daño que hemos hecho al planeta, tejiendo en conjunto hacia una meta común, enfrentando la emergencia climática. Es aquí donde se reconcilian las diferencias entre sociedad civil, entidades gubernamentales, organismos privados, ONG´s, voluntarios y ciudadanos.” Claudia Gómez Robledo, Fundadora.
Consultorio C7 Salud Mental
+52 55 21060923
+52 55 19514858
Facebook: @c7saludmental
Instagram: @c7saludmental
Mail: c7saludmental@gmail.com