En términos generales no depende de las políticas de gobierno sino a otros factores que impactan en la apreciación de la moneda mexicana, de tal manera que, si bien hay algunos rubros que tienen que ver con la forma en que el gobierno puede potenciar la inversión extranjera (o no), propician que la divisa estadounidense recorte su diferencial de manera importante.
El principal factor de la apreciación del peso frente al dólar tiene que ver con que los Estados Unidos de América no están pasando uno de los mejores momentos financieros de sus últimos años, lo que los ha llevado a buscar alternativas para evitar la recesión, situación en la que entra la Reserva Federal como la encargada de manejar las tasas de interés.
Las cuales, para tener una mayor estabilidad, se han aumentado de manera significativa, lo que no ha sucedido en nuestro país, ya que el aumento de tasas ha sido más bien discreto y eso arroja un margen que beneficia a la economía mexicana.
Por otro lado, lejos de que se pudiera pensar como un logro de gobierno, es todo lo contrario. Me refiero a las remesas que han alcanzado niveles históricos, lo cual económicamente es benéfico por un lado.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, revela que es una gran cantidad de mexicanas y mexicanos que seguimos expulsando para buscar mejores oportunidades laborales y servicios que en sus lugares de origen no tienen.
Y otro aspecto que ha sido el impulsor de la fortaleza cambiaria está en la inversión extranjera. Si bien es cierto, la existencia de un tratado comercial con EUA y Canadá, es el preámbulo necesario para atraer inversiones materializadas en fábricas o ensambladoras, por ejemplo, pero en el fondo, debemos aceptar que los inversionistas, los grandes capitales, buscan colocar sus activos en regiones que les den más certeza, más tranquilidad y mayor estabilidad económica, jurídica y gubernamental, por lo que, en ese rubro, podemos decir que el trabajo, sobre todo de la Cancillería ha sido bueno.
Pero tampoco echemos las campanas al vuelo, ya que la previsión para fin de año y principios del siguiente es que el dólar recupere uno o dos pesos en su valor derivado del acomodo de tasas en EUA y en México.
Lo que es cierto es que vivimos una etapa que debemos aprovechar y, sobre todo, no podemos echar por la borda la confianza de los inversionistas con decisiones que no se apeguen a la legalidad, eso sí, respetando siempre los intereses del pueblo de México.