Opinión

Mago de milagros

Estamos en un excelente momento para pedir y crear milagros

Aprovechando la ola de subida de la energía por el año nuevo del Mago Entonado Blanco en el Calendario de las Trece Lunas, estamos en un excelente momento para pedir y crear milagros. Sin importar la religión o práctica espiritual en la que se crea, es posible unir una intención noble que en automático hará sinergia con los seres de buena voluntad para elevar nuestras plegarias y, sobre todo, para abrirnos a la posibilidad de que los milagros pueden ocurrir.

La famosa autora, activista y política estadounidense Marianne Williamson dice que un milagro es la expresión natural del amor y que los milagros comienzan por creer que existen más posibilidades, por lo cual, todo lo que proviene del amor más puro puede considerarse un milagro.

En el conteo de los mayas, de acuerdo a algunas interpretaciones, un Katún es un período de 13 años que principalmente significa cierre de ciclo o periodo. Muchos maestros místicos han hablado de que el katún que atravesamos y que comenzó en el año 2020, es como el lapso más oscuro antes de un nuevo amanecer.

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Y lo hemos visto y sentido con más fuerza cada vez. Así que, en todas sus formas, tiempos, y caminos, los milagros son hoy más necesarios que nunca. Pedir por un milagro es optar por no comprar ideas de fracaso y pesimismo, de derrotismo, de estancamiento o de fatalismo. Es hacer un puente entre el corazón y lo más supremo en lo que podamos inspirarnos o en lo más alto que alcancemos a elevar nuestra fe para, sencillamente, abrir el espacio en el que los milagros puedan ocurrir. Muchas veces estamos tan saturados de ideas prefabricadas y de conclusiones, que ni siquiera tenemos un huequito para que el amor pueda entrar en acción.

¿Cuántas de sus ideas y respuestas ya son tan fijas y comprimidas que no permiten esa cavidad de vacío por la cual las cosas puedan cambiar? Es el tiempo perfecto para comenzar a “aflojar” lo que hemos afirmado que así es, para, en cambio, dejar que pueda ser cualquier otra cosa. Y justo en ese intervalo, pedir con toda nuestra fe por un milagro. El Dr. Joseph Michael Levry, heredero de un importante linaje de grandes místicos y yoguis, afirma que absolutamente todo lo que le pedimos al Universo desde el corazón, nos es concedido. Lo que hace la diferencia entre manifestaciones es el tiempo que pueden tomarse debido a nuestros adeudos kármicos, a nuestro espíritu oculto bajo capas de personalidad y a nuestro mago interior - despierto cuando éramos infantes- en modo inactivo.

Cuando esté en medio de una situación que parece no tener salida, cuando voltee a ver su entorno y sienta desconcierto, cuando todo se convierta en un cierre de caminos, cuando se sienta sin rumbo o sin sentido, cuando nada parece salir bien, es momento de voltear hacia dentro hacia el cielo interno, y desde el espacio más cristalino de su ser, pedir por un milagro. Incluso si no se trata de un milagro propio, pedir por un milagro para nuestros semejantes, es ya en sí mismo un milagro.

Hay veces en las que sólo podemos acudir a que esto suceda, y quitarnos del camino. Por un instante, permitamos hoy que pueda haber otro camino. No necesitamos saber cuál ni mucho menos resolverlo, pues Dios sabrá cómo, cuándo, dónde, y por qué medios. Nuestra tarea sencillamente será confiar y permitir que un milagro pueda ocurrir. Que comience pues un gran año lleno de milagros.


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