Opinión

¿Te estás poniendo ‘ruco’?

Para hombres y mujeres por igual llegar a la vejez implica un momento crucial

Nacemos, crecemos, nos desarrollamos y… ¡bueno!, lo cierto es que la vida no es nada sencilla para ninguno de los seres humanos, sobre todo cuando se trata de aceptar esa complejísima circunstancia en la que todas nuestras capacidades (físicas, mentales, intelectuales, funcionales) comienzan a menguar y la biología irremediablemente nos instala dentro de eso que conocemos como “la tercera edad”.

¡Qué difícil!

Para hombres y mujeres por igual llegar a la vejez implica un momento crucial y, dependiendo de la actitud con la que afrontemos dicha situación, determinaremos la forma en la que vamos a transcurrir nuestros años finales, porque por mucho que nos echemos porras a nosotros mismos y tratemos de autoconvencernos con el discurso de que “la edad es sólo un número”, hay serios indicativos de que por mucho que intentemos evadir nuestra realidad particular lo cierto es que no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 años después y bajo esa premisa tenemos que aceptar y reconocer que nos estamos poniendo “rucos”. Así de simple.

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Por principio de cuentas debemos entender en una primera instancia que la vejez es un proceso fisiológico por el casi todos los seres humanos pasaremos y en éste indefectiblemente se van a producir cambios físicos, psicológicos y sociales. Enseguida, a manera de reflexión individual, tenemos que cuestionarnos qué tan preparados estamos (como personas y como sociedad) para asumir nuestro envejecimiento con madurez, con respeto, con orgullo y, sobre todo, con buena salud.

Sin embargo, lo anterior no debe ser motivo o causal de deprimirnos. Nada de eso. La realidad es que entre las civilizaciones occidentales la vejez está llenada de estereotipos y mitos y, por lo mismo, el primer pensamiento que debemos desechar de nuestra mente es que “los viejos” son obsoletos y desvalorizados, porque la realidad es que los adultos mayores tienen muchísimo que aportar y además entre ellos encontraremos a una infinidad de personas que siguen desarrollando proyectos (de todo tipo) y alcanzan metas.

Para entender mejor la circunstancia del envejecimiento primero hay que desarrollar una fisiología saludable y eso se va a lograr a través del establecimiento de hábitos saludables. Hay que alimentarnos bien, hay que descansar bien, hay que comprometernos a realizar actividad física diaria e involucrarnos en tareas que nos permitan hacer aportaciones significativas, porque los seres humanos (de cualquier edad) retroalimentan permanentemente su autoestima cuando saben que son productivos y útiles.

Asimismo, hay que reflexionar mucho sobre la re-educación a la que debemos someternos como sociedad para entender mejor los conceptos y las circunstancias que vienen aparejadas cuando llegamos a “rucos”, porque también es un hecho que durante generaciones se han perpetuado estereotipos negativos con respecto a la gerontología. Por lo tanto, sería de mucha valía si empezamos a desmitificar percepciones erróneas de que los adultos mayores acarrean:


Mala salud, enfermedades y discapacidad; falta de agudeza mental, mala memoria y senilidad; tristeza, depresión y soledad; mal carácter; falta de sexo; falta de vitalidad, pérdida de energía y declive en todos los aspectos, sobre todo el físico; incapacidad para aprender y cambiar; improducción…

En resumen, sé tú mismo quien decida el tipo de “ruco” que deseas ser.

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