La única persona que ha ganado el Premio Nobel de Literatura por la letra de sus canciones es, como todos sabemos, Bob Dylan. Hace unos años publicó un libro que recomiendo muchísimo: “La filosofía de la canción moderna”, en donde intenta explicar cuáles son las raíces de una buena canción y cómo es que algunas letras trascienden el tiempo. Es buenísimo.
¿Qué es lo que hace que una canción sea eterna? ¿Un coro pegajoso? ¿Que todo el mundo la conozca? Nadie con más autoridad como Dylan, que advierte la trampa de las rimas fáciles y elogia el trabajo de Nina Simone, Sinatra o hasta The Who. Canciones poderosas que tocan el alma de la gente.
Ojalá esta reflexión se extendiera hacia la música en español. Tenemos que reconocer que nuestro idioma fue hecho para escribir las más hermosas metáforas. El español es ideal para contar historias de amor y desamor, que con un verso pueden hacer una revolución y cambiar la manera en la que vemos el mundo. Hay muchísimos compositores que nos han cautivado y hace unos días platiqué con uno de los más queridos por toda Latinoamérica: Gian Marco.
Gian Marco es un alma sensible. Ha logrado poner en papel sus pensamientos más bellos y ha tenido la generosidad de compartirlos con otros artistas: Alejandro Fernández, Jon Secada, Marc Anthony, Mijares. ¿Quién no ha cantado “Sentirme vivo”, interpretada por Emmanuel, que es una de las canciones más bellas que conozco? Y aún así, con tanta pasión, Gian Marco platica tranquilo, relajado, tocando su guitarra como si fueran uno mismo.
“Yo le digo a mis hijos que aprovechen el español para decir las cosas de una manera muy especial”. Porque su familia es una familia de músicos: su padre fue compositor, el gran Javier Zignago, y ahora sus hijos seguirán los pasos de su padre: Nicole, Fabián y Abril. “El caso de Nicole fue muy curioso: ella estudiaba Negocios Internacionales y un día la encontré en su cuarto llorando, sin saber cómo decirme que se quería dedicar a la música”, me dijo entre risas y con ese orgullo en su mirada. “De hecho Nicole es un ejemplo para sus hermanos”, me contó.
“La música que escuchamos de parte de nuestros padres nos define” le dije. “Sí” contestó “Yo escuchaba mucho a Silvio Rodríguez y me cambió la vida en un instante. Escuchaba ‘Historia de las sillas’ (El que tenga una canción tendrá tormenta, el que tenga compañía, soledad. El que siga un buen camino tendrá sillas, peligrosas que lo inviten a parar) y ahí entendí cómo se hacían las canciones. Mi sueño era cantar con Silvio y ya lo logré, y ahora mi sueño es que mis hijos realicen los sueños de su vida”.
Gian Marco habla de sus hijos y de la vida de una manera que hipnotiza. Le canta a su hija “Cuando vayas creciendo Nicole, dentro de tu cabeza vas a guardar las flores que mamá en el jardín sembró y cuando te des cuenta Nicole, que la vida es un juego, vas a lanzar canciones al sol, que papi te enseñó” y los ojos se nos hacen agua. Tal vez es por eso que la Unicef lo nombró embajador de Buena Voluntad: un hombre que nos representa como latinos.
Gian Marco estará presentando próximamente su nuevo material discográfico, haciendo duetos con personalidades como Leonel García o Rubén Blades. También tendrá una presentación en octubre: “Me gustaría hacer más conciertos en México”, me dijo. Y aquí lo esperamos con los brazos abiertos ¿Cómo no hacerlo? Si lleva el alma en la punta de sus dedos.