El momento histórico llegó: dos mujeres que tienen su lugar asegurado y la que les escribe está dispuesta a competir en Movimiento Ciudadano. Tener dos es ya un hito histórico, tener tres mujeres nos volaría la cabeza…
Algo ha pasado en todo este tiempo que México cambió. El género ha dejado de ser irrelevante para ser prácticamente un requisito para diferenciar proyectos políticos. Eso que quizá apenas tiene explicación es el resultado de generaciones de mujeres que hemos acumulado demandas que, al no ser atendidas, están dejando una deuda histórica más grande.
Si lo pensamos bien, por cada mujer que es violentada, acosada o asesinada, hay un sinfín de impactos negativos que afectan a las sociedades enteras, nada más porque de cajón somos las que nos dedicamos al cuidado y ya de ahí es difícil que nos escapemos a esas malas consecuencias.
Así que, en el transcurso de lo que todavía le falta por vivir al país y en vísperas de la jornada electoral, no solo para la silla presidencial sino para muchos espacios más donde la paridad será una realidad, las mujeres llegaremos para seguir marcando el futuro: no es sin nosotras.
Ahora bien, lo que sí hace falta es que entendamos que la representación de una agenda de mujeres no se tiene por sí misma en la participación de nosotras. Va más allá. Requiere de que las representantes tengan una clara conciencia de género y asuman la responsabilidad de lo que significa defender los derechos y libertades de todas las mujeres.
Esto quiere decir que no por el hecho de tener mujeres en las boletas hay una garantía. Menos cuando el machismo no es gripe y no es exclusivo de los hombres. Entonces, la ciudadanía tendrá que hacer un escrutinio de si realmente tal representación está a la medida de las circunstancias que vivimos o no.
Eso sí, ya no habrá dudas para las elecciones venideras. Las mujeres, por justicia social, sí somos capaces de gobernar, legislar y administrar un país. Eso que nos dijeron que “no se puede”, lo convertimos en un sí”. Es la lucha de todas y es por todas. Un México con mayor diversidad de ideas, representación de género en la democracia y desarrollo. Ese mensaje de México al mundo está por enviarse en el 2024.