Vida, verdad y libertad, eso es lo que está en juego este año. Es lo que debemos defender en las urnas con nuestro voto. Es lo que México necesita. Ya basta de este gobierno mediocre, autoritario y totalitario.
Basta de querer imponernos su continuidad a través de una precandidata que no solo es una mala imitación, sino que además está a favor de la destrucción, del odio, de la venganza, de la muerte, de la censura, de las mentiras, de la demagogia, de la opacidad, del autoritarismo y del control absoluto.
Este año México tendrá la elección más importante en su historia, la más grande y la más trascendental; porque se definirá el régimen que queremos, el democrático que representa Xóchitl Gálvez, o el autoritario que representa este mal gobierno y su continuidad.
Es la elección en la que se definen los próximos 30 años, en la que se defiende la división de Poderes, los contrapesos, la transparencia, la autonomía, la legalidad, la pluralidad política, el Estado de derecho, la democracia y la ciudadanía.
Porque lo que está en juego son nuestros derechos y libertades, esos por los que hemos luchado y establecido desde la ciudadanía, y no desde el poder. Derechos y libertades que nos han permitido vivir en un régimen democrático y no uno autoritario, dictatorial e impositivo, como lo es el gobierno de Morena y sus aliados.
Hoy somos muchos los que queremos vida, verdad y libertad. Somos más los que merecemos instituciones fuertes, renovadas, transparentes, eficaces, eficientes y al servicio del bien común.
Y es por eso que no solo tenemos que ganar la Presidencia, sino también la mayoría parlamentaria tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados; porque solo así podremos ponerle fin a los planes “A, B, C”, que buscan destruir a México y regresarnos al pasado donde el país era de un solo gobernante, de un solo partido.
Como dijo Xóchitl: “Tenemos que luchar para traer vida, donde hoy se pasea la muerte. Tenemos que luchar para traer verdad a donde hoy reina la mentira. Tenemos que luchar para defender la libertad, ahí donde hoy gobierna el miedo”.
Ya falta menos para sacar a este mal gobierno de Palacio Nacional, para evitar su continuidad, para decirle adiós a las ocurrencias, a los caprichos, a las venganzas, al odio.
La esperanza ya cambió de manos, y hoy como nunca, salgamos a la luchar por el alma de nuestro país. No tenemos porque conformarnos con un gobierno mediocre, insensible, autoritario, impositivo, mentiroso y corrupto. México y nosotros, las y los ciudadanos, merecemos lo mejor.
Ya lo dijo Xóchitl el pasado domingo, “que nunca nadie nos diga que no se puede, ¡claro que se puede!”. Vayamos pues con entusiasmo a reconstruir un México en donde la vida, la verdad y la libertad, sean nuestros valores fundamentales.