Los movimientos sociales que surgen en las calles hoy se encuentran íntimamente asociados a las plataformas digitales. Es indispensable recurrir a estrategias distintas que tengan un mismo fin, el éxito de la causa.
Es imposible desasociar una marcha o protesta en la sociedad sin un hashtag que la acompañe. Las tendencias se han convertido en el complemento ideal para que los medios de comunicación y la sociedad conversen de un acontecimiento en específico.
El pasado domingo, se llevó a cabo la “Marcha por la Democracia”, con una concentración masiva en el Zócalo de la Ciudad de México y diversos estados del país. Al tiempo que la gente salía a las calles, otros cientos de miles comentaban en X sobre la marcha o sobre lo que pensaban de ella.
Según un informe de Transmedia Comunicaciones, el alcance estimado que tuvo el hashtag #MarchaPorLaDemocracia, hasta el lunes 19 de febrero, en X fue de 112 millones mientras que las menciones alcanzaron las de 700k.
La conversación fue mayormente orgánica en México, no por ello se puede asegurar que todos aquellos que comentaron fueron usuarios reales. Es decir, hubo bots, pero no fueron ellos quienes sostuvieron el trending por horas, quienes lo hicieron fueron personas y medios con cientos de miles de seguidores.
La batalla de los bots y las granjas de usuarios falsos juega para todos los bandos. Nadie puede llamarse sorprendido por aquellos que usan robots para hacer crecer una conversación. El error más grande sería minimizar a quienes de manera orgánica opinan sobre un tema en específico.
No se puede negar que las tendencias influyen en la opinión pública, no se puede negar que los noticieros y líderes de opinión hoy voltean a ver lo que sucede en las plataformas digitales. Lo que sucedió en las plazas el domingo traspasó a los celulares y computadoras, la realidad política de las calles y las tendencias.
