Opinión

La lucha continúa

Este día no se les felicita, no se les festeja, sólo se les reconoce en la contundencia de su lucha

Este día no se les felicita, no se les festeja, sólo se les reconoce en la contundencia de su lucha por el lugar que siempre les ha pertenecido. No es el hecho de que nos conformemos con apreciar como ellas con sus capacidades pueden liderar naciones o llegar a las profundidades del océano o del espacio, sino lo que cuenta es que hagamos un cambio de consciencia respecto a ellas y lo que ser mujer significa. Es dar el siguiente paso, no limitarnos a la frase sencilla de “las mujeres estén saliendo adelante”, sino entender que están rompiendo paradigmas respecto a los límites que injustamente les impusieron desde hace siglos.

Este día llama a la reflexión, pero también a las acciones que todas y todos en teoría deberíamos hacer para vivir en una sociedad más equitativa. La investigadora feminista Marcela Lagarde, quien acuñó el término “feminicidio”, mismo que posteriormente fue incorporado como tipo penal en nuestra legislación mexicana, se ha referido a la violencia contra las mujeres no sólo como una cuestión arraigada en nuestro sistema, sino a una construcción social que parte desde la manera en la que injustamente se les ha enseñado a concebirse así mismas a las mujeres: como seres que deben de soportar u obedecer.

Estas formas dañinas en las que se educaron a las niñas de ayer y mujeres de hoy, termina en situaciones de violencia que ellas sufren, pero que no lo pueden hacer consciente porque no fueron educadas para detectar que se trata precisamente de violencia. De hecho, en México siete de cada 10 mujeres de 15 años o más afirmaron haber sufrido alguna vulneración física o sexual por su pareja, pero solo 13.6% acudió a una institución o autoridad a buscar ayuda, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto lo explica también la secretaria de Proyectos Estratégicos del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, Alma Patricia Piñones Vázquez, al referir esta situación como una urgencia social que debe atenderse desde la perspectiva de género, ya que sigue estando basada en esa relación de dominación y control en la que se sigue teniendo a las mujeres.

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Esa subordinación en las relaciones amorosas sucede también por una cruel cosificación que se ha hecho hacia la mujer y un injusto empoderamiento de los hombres frente a ellas, como si realmente se pensara de fondo que ellas por su simple condición de ser mujer son inferiores, siendo que gracias a la ciencia y la información sabemos que únicamente existen diferencias biológicas entre ambos sexos, y que el resto no han sido más que roles y perspectivas de género desarrolladas por la sociedad para sí misma… y muchas veces con fines de dominio, por ejemplo, la idea de pureza y castidad con la que algunas religiones satanizaron la liberación femenina para mantener un control social, o simplemente pensemos en una de las frases machistas acuñadas a uno de los padres del pensamiento occidental Aristóteles, en su libro de Política (1254 b 13-15) “El macho es por naturaleza superior y la hembra inferior; uno gobierna y la otra es gobernada; este principio de necesidad se extiende a toda la humanidad”.

Los s feminicidios por razones de género, incluyendo a las mujeres trans, son una pandemia que nos ha arrebatado a más de 300 millones de mujeres. Según una investigación de 2023 publicada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2022, 4,050 mujeres de 26 países de la región fueron víctimas de violencia feminicida. En México, los feminicidios de Abril Pérez, Debanhi Escobar, Ingrid Escamilla, y Fátima Cecilia, son casos que por factores diversos se han conocido más mediáticamente hablando, pero que representan la crueldad que hay en el fondo: miles de víctimas que desgraciadamente son convertidas en número, dejando de lado su identidad e historia. Según cifras de incidencia delictiva del fuero común, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), del 1 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2024 se han registrado en México 4 mil 817 casos de feminicidios. De hecho, también el aumento de femincidios ha sido corroborado por la Red por los Derechos y la Infancia en México (REDIM), ya que según sus datos, durante esta administración partidista ha aumentado 8.2 entre diciembre de 2018 y diciembre de 2023, es decir, 36.59% más feminicidios que el sexenio anterior.

Además de las acciones que urge emprender a este gobierno, urge el debate crítico sobre la sensibilización del problema y la equidad en las escuelas y en todos los rubros de la administración pública. En vez de amurallarse y ciclarse en ciclos del pasado, esta administración debe centrarse en las estrategias que tiene respecto a los derechos de las mujeres, equidad y la ideología de sometimiento a la mujer, que aún sigue arraigada en el inconsciente aún del mexicano.

No basta con escuchar, hace falta creer y acompañar a quienes honran con coraje la memoria de las mujeres asesinadas por este sistema lleno de odio estéril, antiguo y lleno de falsedad respecto a lo que las mujeres son y su potencial. Las queremos vivas, las queremos plenas, las queremos en paz.


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