Poco se habla en México del papel trascendental que ejercen las personas cuidadoras, incluso hay sectores de la población mexicana que ignoran que desempeñarse como persona cuidadora representa en sí también un trabajo como tal… incluso a veces de jornadas más estresantes y largas que otro trabajo “normal” de tiempo completo.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las personas cuidadoras “son quienes se encargan de la persona mayor, apoyándola en la realización de actividades que le cuesta trabajo o que no puede realizar por si sola”, pero la definición es más completa, ya que también comprende a las y los niños, adolescentes y personas con discapacidad, de ahí la importancia en apreciar mucho más su trabajo y las atenciones que brindan, ya que cada grupo vulnerable tiene aspectos que tienen que protegerse al máximo, por ejemplo: si se está a cargo de un niño hay una responsabilidad legal y emocional respecto a lo que le pase, ya que un niño aún no ha desarrollado una consciencia y madurez profunda sobre sí mismo.
Simplemente el progreso de las familias en México no sería posible sin la labor titánica de las personas cuidadoras, pero tristemente no están exentas de afectaciones en el contexto actual de México. Según la a primera Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 elaborada por el Instituto Nacional Electoral (INEGI), existen alrededor de 31.7 millones de personas cuidadoras en nuestro país y de ellas el 75% son mujeres. Aunado a ello, son las que presentan una mayor afectación por desempeñar el trabajo de cuidar en el hogar en su tiempo libre, en su desarrollo para estudiar algún oficio o carrera, en la relación con los integrantes de su hogar, en la convivencia con sus amistades, compañeros de trabajo, o bien simplemente para encontrar una pareja.
Y no se acaba ahí, el malestar de las mujeres que históricamente se han dedicado a los cuidados fue medido también por la referida encuesta, mostrando datos demoledores: 4 de cada 10 mujeres sientan cansancio, 3 de 10 aseguraron que disminuye su tiempo de sueño y 2 de10 manifestaron irritabilidad y depresión.
Estas cuestiones que no sólo comprometen a las personas cuidadoras sino a las 58.3 millones de personas que requieren de cuidados, fue abordada por las y los legisladores de Movimiento Ciudadano desde septiembre del año pasado. Poco a poco construyeron un proyecto que dota de mejores condiciones de vida digna a las personas cuidadoras y propusieron un Sistema Nacional de Cuidados (SNC), a fin de que este fungiera como un órgano colegiado que articulara los esfuerzos públicos y privados para resarcir las desigualdades históricas y promover la autonomía de quienes se dedican a la noble labor de cuidar.
Así como fue aprobado por el Congreso local de Jalisco la conformación del Sistema Integral de Cuidados gracias a la diputada emecista Gabriela Cárdenas, ocurrió a nivel nacional: gracias principalmente al empuje de la diputada federal Amalia García y del actual candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez, la propuesta del Sistema Nacional de Cuidados se aprobó en el pleno de la Cámara de Diputados, con miras a aprobarse también en la Cámara de Senadores. Lo que busca la bancada naranja es que se eleve a rango constitucional y que México evolucione también a ser un Estado cuidador y protector con quienes nos cuidan.
El Sistema Nacional de Cuidados no sólo reconoce y define a las personas cuidadoras, también propone condiciones de dignidad, calidad e igualdad y reconocimiento, ya que implica capacitación y seguridad social; colaboración entre Estado, sociedad civil y sector privado para garantizar espacios de cuidado y tener espacios de cuidado con servicio digno. Propone también mejorar sus condiciones para que puedan tener una mayor estabilidad, considerándose también la remuneración de su trabajo.
Las causas que abandera Movimiento Ciudadano tienen claro que para que México pueda tener crecimiento económico se necesita mayor inclusión social, y esta es imposible sin mejorar las condiciones de las mujeres ya en una cuestión de derechos humanos que se exige llevar al lugar que siempre les ha pertenecido: el rango constitucional. Con ello también se visibilizará la realidad de una parte fundamental de la sociedad.
En definitiva es una buena nueva no sólo para quienes nos cuidan, sino también para todas y todos, es un gran paso en la construcción de un mejor lugar para vivir.