Opinión

Una transformación negativa

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Foto: (Especial)

En algo tienen razón los militantes de la 4T: sí hubo una transformación durante esta administración. Sí se puede decir que hay un antes y después en este sexenio, ya que tenemos una crisis más profunda aún para las y los mexicanos en lo más elemental de sus vidas: seguridad y salud. Ahora tenemos una crisis más aguda que la que estaba antes de la 4T. Ello lo podemos constatar en las cifras que arrojan los estudios realizados por las instituciones autónomas de nuestro país.

No caigamos en el juego de la desinformación: en las mañaneras se suele presentar la información a modo, por ejemplo: se compara un mes con determinado número de homicidios con ese mismo mes de sexenios anteriores pero que tuvo más homicidios para mostrar que sí hubo una reducción de la violencia. También se hace mucho énfasis en la percepción de inseguridad, siendo que si bien es importante, se trata del mero sentir ciudadano y no representa datos objetivos.

Coincido con analistas y expertos que afirman que la violencia baja en algunos meses y que sube en otros, pero la realidad es que esta administración no pudo resolver la terrible ola violencia. Era absurdo asumir que este gobierno iba a resolver los problemas que le heredaron las anteriores administraciones, pero tampoco hubo una “transformación” como la vendieron… o al menos su transformación no fue positiva.

Según la última actualización de cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP) correspondientes al 24 de febrero de este año se han cometido 3,989 homicidios dolosos y 112 feminicidios en lo que va del 2024. El año arranca de forma violenta… y de hecho ya este año es el más mortal en la historia del país, con más de 170,000 asesinatos, mientras que el sexenio 2012-2018 cerró con 157,158 homicidios y el 2006-2012, terminó con 121,613 víctimas mortales.

Más que la estrategia de abrazos y no balazos, falta un profundo apoyo a las policías municipales y estatales y repensar profundamente el papel de la Guardia Nacional, que no está siendo suficiente para enfrentar los terribles cobros de piso y la extensión del crimen organizado en todo el territorio.

En materia de salud México tampoco se transformó en Dinamarca. Primero hagamos memoria. Con la desaparición del Seguro Popular ocurrida en este sexenio se dejó en la indefensión a 53 millones de mexicanas y mexicanos… y para rematar, el ahora instinto Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que era el que se encargaba de ofrecer atención médica gratuita y medicamentos a las personas sin ningún tipo de seguridad social, fueron absorbidos por el IMSS-Bienestar, que opera sin estructura y sin reglas claras de operación.

Con la aberrante desaparición del Seguro Popular, (que si bien no era perfecto era perfectible), se redujeron de 1,721 a 368 el número de niños con cáncer atendidos. Las tazas de mortalidad desde que inició el INSABI en septiembre de 2022, se reportó un millón 474 mil 206 decesos y más de 40 millones de consultas externas se dejaron de realizar

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Los recientes datos publicados también por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) son demoledores, ya que muestran que entre 2018 y 2022, 30.3 millones adicionales de habitantes carecieron de atención médica. De hecho se duplicó la población que enfrentó carencia de servicios de salud, al pasar de 20.1 millones de personas sin acceso en 2018 a 50.4 millones en el pasado 2022… y falta que el mismo Coneval reporte también los datos del 2023.

Queda claro que la crisis se ha agudizado, y si a esto le sumamos las intentonas de querer jugar el dedo en la boca a la opinión pública maquillando los números o dándole un manejo estadístico sesgado, la pretensión es seguir engañando.

Los problemas de salud e inseguridad son sistémicos, multifactoriales y requieren sumar esfuerzos de todos los sectores de la sociedad. Las y los mexicanos merecemos un proyecto incluyente y con visión de futuro. Esperemos que en este Proceso Electoral más personas sigan abriendo los ojos respecto a este México que esta administración no transformó en un país de primer mundo.

Lo nuevo deja atrás el populismo, la militarización y el punitivismo que heredó la vieja política y que ahora reventó con la 4T. Lo nuevo se abrirá paso entre el consenso, la pacificación y mejores estrategias basadas en la ciencia.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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